Pere Aragonès tuvo clara la convocatoria de elecciones el domingo. Cinco días antes ya había empezado a pasarle la idea por la cabeza. El tono duro de Jéssica Albiach en sus intervenciones públicas el fin de semana convenció totalmente al president de que había poco que hacer con el proyecto de presupuestos. El lunes le llamó Yolanda Díaz. Una llamada que fue más de cortesía que otra cosa. Ayer por la mañana se reunía con la dirección de ERC: “Estad preparados para cualquier escenario”, avisó.
El escenario final ha sido, efectivamente, el de una convocatoria de elecciones al Parlament, anunciada desde la galería Gótica del Palau de la Generalitat, que desencadena un giro en el escenario político catalán y que coge desprevenida a parte de la oposición y la obliga a afinar los instrumentos y a ponerse a punto pronto. Las elecciones no esperan. Son de aquí dos meses, el domingo, 12 de mayo.
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También el tablero político español se ha alterado: Pedro Sánchez renunció a presentar presupuestos al Congreso. No los ve factibles con la contienda electoral catalana de por medio.
El president siempre había sido partidario de agotar la legislatura hasta febrero del 2025. Incluso, en ERC valoraban tirar adelante como mínimo hasta otoño de este año en caso de tener que gobernar con las cuentas del 2023 prorrogadas. Pero los republicanos creen ahora que el contexto que se presenta para mayo les es favorable. Eso y que las encuestas internas les dan unos resultados similares a los de las pasadas elecciones al Parlament, han acabado de decantar la balanza hacia el adelanto electoral.
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El lunes, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, llamó el jefe del Govern de la Generalitat
Ya sea porque hay partidos que tienen factores externos que les afectan o porque internamente todavía no están preparados, los republicanos han visto en el adelanto electoral una oportunidad. El caso Koldo desgasta al PSC y a su líder, Salvador Illa, así como también la ley de Amnistía, según los sondeos internos de Esquerra.
Igualmente, ERC cree que puede coger a contrapié a Junts, uno de sus máximos rivales, que aún no tiene candidato a las elecciones al Parlament. La incógnita sobre si Carles Puigdemont todavía está presente. El expresident no ha aclarado si se presentará, aunque Junts le pide ser el candidato. A su vez, los republicanos creen que la posible irrupción de la xenófoba Aliança Catalana, la lista cívica de la ANC y el proyecto de la exconsellera Clara Ponsatí con el filósofo Jordi Graupera restará votos a los posconvergentes.
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En la CUP también el panorama es complejo. Los anticapitalistas empezaron el año pasado un proceso de refundación que no tienen previsto acabar hasta junio. Por último, el PP aspira a hacerse con buena parte del electorado de Ciudadanos y pugnar con Vox.
Con todo, desde el Govern dejan claro que Aragonès no habría convocado elecciones si se hubiera aprobado ayer la tramitación de los presupuestos. Por tanto, no aceptan las acusaciones de “electoralismo” que le lanzó el secretario general de Junts, Jordi Turull. “ Albert Batet pedía por la mañana que convocara elecciones...”, contrapuso Aragonès ayer.
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Aragonès califica de “irresponsables” a los partidos contrarios al presupuesto y critica “los vetos cruzados”
Sea como fuere, las caras de los diputados de Esquerra ayer en el Parlament no reflejaban gravedad alguna. El bloqueo estaba asumido y rondaba el runrún de la convocatoria electoral.
Tampoco Aragonès pareció afectado durante su comparecencia institucional desde Palau, si bien es cierto que la aprovechó para cargar contra los grupos parlamentarios contrarios a los presupuestos, especialmente contra los comunes y Junts per Catalunya.
“Las líneas rojas y el bloqueo entre unos y otros han comportado que el presupuesto con más recursos de la historia de Catalunya haya sido rechazado”, se quejó el president. También, de los “vetos cruzados”. Acto seguido, los tachó, a todos, de “irresponsables”.
