Elecciones virales

Análisis

Elecciones virales

El 24 de mayo de 1993, ayer hizo treinta años, diez millones de espectadores se sentaron frente a la tele para presenciar en Antena 3 el primer debate electoral televisado de la historia de España. El duelo ante las cámaras enfrentó al entonces presidente del gobierno, Felipe González, con el líder del PP, José María Aznar. Todos dieron como ganador al presidente de los populares, aunque Gonzá­lez ganó las elecciones. El debate fue un éxito que han reproducido, con mayor o menor acogida, todas las cadenas. Mucho han cambiado las campañas desde esa época, también la sociedad. Los mítines ya no son lo que eran. Movilizan a simpatizantes o afiliados, y siempre se corre el ries­go de evidenciar una escasa asistencia o destapar vacíos en las butacas. Los políticos han encontrado otros canales donde promocionarse y difundir la propaganda electoral, la misma que ya no queremos en nuestras casas. Twitter y Facebook son desde hace tiempo herramientas imprescindibles para los partidos donde, de forma controlada, el candidato muestra solo aquello que quiere enseñar. Pero en esta campaña los políticos se la juegan en TikTok y en los reels de Instagram. Allí lanzan mensajes más superficiales, de pocos segundos y con música pegadiza de fondo. Una forma con la que esperan llegar a colectivos que difícilmente asistirán a un mitin electoral o verán un debate por televisión. Tras ver alguno de estos anuncios, también es evidente que muchos políticos tienen problemas para acertar en el tono y no provocar sonrojo.

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