El último 15
The Situation Room
Lo del 28-M es lo de la Comunidad Valenciana. Y las más de 12.000 personas que abarrotaron la plaza de toros ayer con el PP lo han dejado claro. Lo de este domingo se va a decidir, como en la pilota valenciana, en el último 15. O al rojo o al azul. Y a partir de lo que suceda en Valencia comunidad y ciudad (azul-azul), viene lo del más votado en municipales (hoy, azul por unos 2 puntos) y, por extensión, lo de Sevilla (rojo-rojito), lo de Madrid (azul oscuro casi negro), lo de Barcelona (rojo clarísimo), pero también lo de Valladolid (rojo-puente), lo de Aragón (rojo intermitente), lo de Castilla-La Mancha (rojo, pero socialismo azul), lo de Extremadura (rojo pero en coalición), lo de Cantabria (de momento, azul) y lo del resto.
Por lo tanto, a por el último 15. Que puede estar donde menos te lo esperas. Por ejemplo, en el voto CERA de la provincia de Valencia. En autonómicas está compuesto por 69.880 personas. Si votara el 25% serían unas 17.470 personas. Y en València capital unos 5.200 votos. En unas elecciones que se disputan en el último 15, con tan estrecho margen, puede ser decisivo. Hay más cera de la que arde, como ven. ¿Alguien lo habrá anticipado?
La mejor estrategia política para el PSOE era una campaña de fuerte contraste local
Este 28-M operará el síndrome de Castilla y León y no el morenismo de Andalucía. Entonces se utilizaron unas autonómicas para ganar unas generales. Ahora es igual pero a lo bestia: en más de 8.000 municipios y 12 comunidades autónomas. Tamaña imprudencia y falta de respeto a los electores produjo, como escribimos entonces, “la rebelión de los idiotas” (yo, el primero). Pablo Casado acabó fuera de la política. Vox se multiplicó hasta gobernar la Junta. Y el PSOE creyó que ganaría porque Vox se comía al PP, pero las perdió como suele suceder cuando restas en el último 15 y no tienes mano. Los socialistas quieren ganar el plebiscito municipal como el PP en el 2007 (ojo, luego perdió las generales). Y han aceptado una nacionalización de la campaña que puede producir “efectos indeseados”, como que Podemos acabe, al final, no entrando en comunidades autónomas porque 1) cada minuto con lo nacional se encarece el umbral de entrada (hoy todavía dentro) porque crece la participación y 2) se facilita con ello un Vox tercero y gobiernos PP+Vox. La mejor estrategia política era una campaña de fuerte contraste local, porque el PSOE dispone de los mejores presidentes y alcaldes, de largo. Lucirlos creativamente hubiera funcionado combinado con la hiperactividad clásica del presidente en las campañas. Hoy, aquí y ahora tendría ganado ya este 28-M. Y no se jugaría en el último 15.
Queriendo “derogar el sanchismo en unas locales”, Feijóo está jugando, por su parte, a otra cosa. Perder votos potenciales ante Vox para ganar las plazas le compensa, porque el PP con motor Vox de este 28-M es aritmética Moncloa después. Incluso, ha dejado claro públicamente que le importa más lo de Valencia que ganar el voto local descolocando al PSOE. Así pidió el voto, ojo, ayer: “Si quieres cambio, vota (a PP o a Vox). Y si quieres cambio, concentra el voto en el PP (ya a la segunda)”. Prioridades claras. Sabe que no habrá gobierno en solitario en España, salvo improbable debacle socialista. Y tiene un porqué interno muy bien razonado. Un gallego en Génova y una lideresa en Sol. Podría ser hoy o nuevamente el 2007. Feijóo necesita de Carlos Mazón como entonces Rajoy a Francisco Camps , para aguantar cualquier embate. Está el presidente andaluz, el gallego, el murciano, falta el valenciano, para tener contrapeso real y que la lideresa sea una más. La verdadera misión de Feijóo este 28M. El gallego lo tiene claro. Las plazas, siempre lo primero. Y luego la victoria municipal. Nunca al revés.
Cada noche electoral suenan en mi cabeza varios temas, entre otros, Oda para mi familia de The Cranberries . Hace cuatro años cinco veces. Con esas melismas tan reconocibles de Dolores O´Riordan . ¿Qué sonará en la de los líderes este 28-M? Mientras el fracaso enseña lo que el éxito oculta, el éxito depende, como en al película Air , de quién se pone las zapatillas. Nos vemos este domingo en Antena 3 Noticias y el lunes en esta Sala de Guerra. En el último 15 estaba el secreto oculto de estas elecciones. En la pilota valenciana se puede ganar o por talento o por agotamiento, como dice mi amigo, Salva. Será agotador L’últim quinze .
Next Week
Lo del día después
Todos los candidatos confían en ganar pero solo los que ganan no tienen vértigo a perder. Los espíritus animales operan en la política aún más que en la economía: ¿Si la gestión está bien valorada, si la economía va bien, si baja el paro y si hay paz social, cómo es posible perder gobiernos?
El ‘efecto Yolanda Díaz’
La vicepresidenta será el último cartucho de la izquierda esta última semana: el 24 en Alicante con UP y el 25 en València con Compromís. La pregunta es: ¿promoverá el voto dual a Joan Ribó para la alcaldía y en la Generalitat a Héctor Illueca? La diferencia entre bloques y partidos que superaron el 5% en València ciudad fue de 300 votos a favor de izquierda en el 2019. UP obtuvo 16.000 votos sin concejales. ¿Apelará a ellos? Ribó puede perder la alcaldía por 5.000 votos. Este es un ejemplo más de otros efectos indeseados: el de no existir ya un Sumar con motor Podemos.