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Temor en Junts al impacto de la causa de Borràs en las municipales

Precampaña

El sector pragmático confía en desbancar a la presidenta tras las elecciones

Laura Borràs, la semana pasada a las puertas del Parlament tras conocer la sentencia del TSJC

Xavi Jurio

En el primer recuento de daños en Junts tras la condena a Laura Borràs, el balance, en el flanco interior, es mejor de lo esperado. En un espacio en el que la polifonía era habitual hasta hace poco, no ha habido apenas ruido público al margen de las opiniones de la presidenta de la comisión de Garantías, Magda Oranich, y del contraataque de algunas ejecutivas comarcales y locales del partido con dirigentes afines a Borràs que han pedido la cabeza de la abogada.

Otro cantar es lo que sucede más allá del perímetro de JxCat. El resto de las formaciones políticas ha encontrado en la condena un elemento de desgaste a dos meses de las elecciones municipales de mayo, y eso provoca temor en algunos cuadros del partido, sobre todo por la afectación que pueda tener en las grandes ciudades y en plazas importantes como Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona.

Algunos dirigentes creen que no abordar la situación les puede erosionar por la presión de otros partidos

“Aunque tú no te muevas, la realidad sí se mueve a tu alrededor”, apunta un dirigente del partido del sector pragmático que cree que se debería haber forzado la dimisión de Borràs nada más conocerse la sentencia para no dar pábulo a los ataques que ahora reciben. “Hubiéramos matado el tema en 24 horas”, apostilla. Pero esa opción se descartó por el temor a que la situación provocara desavenencias y tuviera consecuencias en la campaña electoral y los resultados del 28 de mayo.

Este dirigente advierte que ahora el resto “va a utilizar este asunto para desgastar” a Junts y vaticina que “cada vez habrá más presión”. Con todo, destaca que en los municipios pequeños es probable que no paguen ningún precio, aunque sí pueden perder votos en las grandes ciudades. “No es un tema personal. Es un tema político y de lo que va bien o mal al partido... es evidente que la presidenta nos afecta”, concluye.

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Otro representante de ese ámbito del partido se lamenta ahora de no haber actuado antes. “Nos tendríamos que haber quitado de encima a Borràs mucho antes y no tendríamos que haber aceptado a David Torrents y a los suyos que quedaron fuera de la ejecutiva en las votaciones del congreso”, afirma. “Ella vive en una realidad paralela y nos arrastrará a todos al despeñadero”, justifica este miembro de la dirección, que cree que la fórmula del secretario general, “contemporizar y hacer equilibrios para que no haya ruido e inestabilidad antes de las municipales”, también entraña riesgos. “Si no se mide bien esta ola, que puede afectar al partido, se nos puede llevar por delante”, considera. Pero, de momento, se resigna: “Hay que medir los tiempos y ahora ya no nos queda otra que apretar los dientes y aguantar”.

“Después del 28 de mayo habrá que hacer algo. Si no pasa nada, existe el riesgo de que el secretario general no guste al sector de Borràs y tampoco a los suyos”, añade este dirigente, que ve en las elecciones municipales de mayo una cita crucial para imprimir un rumbo u otro al partido. Su receta, si hay un buen resultado, es “decidir de inmediato un candidato a la presidencia de la Generalitat que vaya en sintonía con el de Madrid”. Sin embargo, en JxCat, ese asunto no se abordará hasta que se aclare el horizonte de Carles Puigdemont, pendiente de las resoluciones de la justicia europea sobre su inmunidad.

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Agencias

Esa opinión es compartida en otros cuadros del partido, pero la máxima que ha impuesto la dirección es que debe haber “paz interna” para que la formación llegue cohesionada a las municipales, y el sector más posibilista ha acatado la directriz. Pasada esa contienda, la situación puede cambiar, aunque algunos ven “difícil” deshacer la madeja después de que el secretario general, Jordi Turull, haya asegurado que se trata de un caso de lawfare, algo que ha puesto en duda Oranich y que en privado admiten muchos más. Las caras, los gestos y los silencios de algunos que acompañaron a Borràs en su comparecencia a las puertas del Parlament el día de la sentencia hablan por sí solos. “Es hasta ofensivo que meta en el mismo saco su causa con las del 1-O y el procés ”, remata otra fuente.

El 3 de junio, después de las elecciones, está previsto que se reúna el consejo nacional, el máximo órgano de decisión del partido entre congresos. Si los resultados son buenos, es posible que haya algún movimiento para exigir un paso atrás de la presidenta. “Creo que si ganamos o hacemos un buen papel, se levantará la voz y habrá valentía ese día”, apunta un miembro de ese órgano. “Antes todo el mundo quería a Borràs, ahora nadie la quiere en su pueblo”, opina este consejero, dirigente local de Junts, para ilustrar la situación de la presidenta del partido.

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“Los candidatos quieren paz, y quiero pensar que habrá movimientos después de las municipales. Ella irá perdiendo peso y puede que con un empujón se vaya”, prosigue. De todos modos, cree que “todo esto necesita su tiempo” y augura que “con un poco de suerte o con un empujón caerá por su propio peso”. Asimismo, señala que le produce “vergüenza ajena que diga que unas irregularidades que empezaron en el 2013 son lawfare ”.

Pero hay también algún candidato que, sin identificarse con lo que representa la presidenta de Junts, quiere que acuda a sus actos, aunque la situación sea “incómoda y anómala”. “Yo me siento más identificado con Xavier Trias y vengo de Convergència, pero Borràs sigue teniendo tirón entre algunos sectores independentistas”, explica. “Ojalá no tuviéramos estas tormentas”, suspira.

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