Aragonès exige al Gobierno mantener la mesa de diálogo
La cuestión catalána
Tras la reunión con Bolaños, el president pide cumplir los pactos
La mesa de diálogo no se reunirá como mínimo este año debido al ciclo electoral que se cierne, pero esta hibernación no es óbice para que los gobiernos central y catalán mantengan contactos al más alto nivel, como la reunión del jueves entre Pere Aragonès y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, adelantada por La Vanguardia; una cita que sirvió para abordar temas de gestión de la agenda catalana.
Aragonès exigió desde Irlanda –donde acudió tras la reunión con Bolaños para verse ayer con la líder del Sinn Féin, Mary Lou McDonald–, “no dar pasos atrás” en la mesa de diálogo como cree que “hay riesgo” en estos momentos. Consciente de que la Moncloa no tiene en el horizonte reeditar las reuniones bilaterales de este foro, el president recordó que en él se han rubricado acuerdos que “hay que cumplir”.
El Gobierno español da por amortizada la mesa de diálogo
Sin embargo, el Gobierno da por amortizada la mesa de diálogo. La ministra portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, hablaba ayer de este foro en pasado, destacando que “ha servido para recuperar las relaciones”, pero no está prevista otra cita porque las relaciones “ya están normalizadas”.
Rodríguez situó la reunión con Bolaños en los “contactos institucionales y personales” normales y señaló que no se resolvió nada que tenga una incidencia para compartir con la ciudadanía.
Aragonès instó al Gobierno a cumplir los acuerdos sobre la desjudicialización que se alcanzaron en el espacio de negociación.
Junts volvió a exigir que Pere Aragonès “dé la cara” y explique los frutos de la mesa de diálogo
En este sentido, aseguró que el diálogo entre la Moncloa y el Govern es “permanente” y reiteró la preocupación de los republicanos por la situación procesal de Josep Maria Jové y Lluís Salvadó, ex altos cargos de la Generalitat a los que la Fiscalía pide siete y seis años de cárcel, respectivamente, por delitos de malversación agravada, desobediencia y prevaricación por el 1-O. De ahí las reclamaciones del president.
Junts, por su parte, aprovechó la reunión mantenida entre Aragonès y Bolaños para arremeter contra “una reunión normal entre socios del tripartito” y exigir de nuevo que Aragonès “dé la cara” y explique los frutos de la mesa de diálogo, sobre todo el “fiasco” de la reforma penal.