España y Francia escogen con intención Barcelona para firmar el nuevo tratado de amistad

El momento político

Sánchez quiere subrayar la mejora del clima social en Catalunya

Macron y Sánchez en la cumbre euromediterránea de diciembre

Macron y Sánchez en la cumbre euromediterránea de diciembre

JOSE JORDAN / AFP

España y Francia firmarán el próximo 19 de enero el tratado de Barcelona, un acuerdo de amistad del máximo rango entre ambos estados. El mensaje pretende ser urbi et orbi, a la ciudad y al mundo: “Catalunya está más tranquila”.

El presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron , la primera ministra Élisabeth Borne y al menos una docena de ministros franceses se trasladarán a la capital catalana para mantener un encuentro de alto nivel con el Gobierno español, en el curso del cual se firmará el primer tratado de Amistad y Cooperación Reforzada entre ambos países, acuerdo que situará las relaciones de España con el país vecino al mismo nivel de las relaciones de Francia con Alemania e Italia.

Barcelona, escenario de un acuerdo del máximo nivel entre los estados español y francés cinco años después de los hechos de octubre del 2017 que culminaron con una ficticia declaración de independencia de Catalunya y la disolución del Govern de la Generalitat en aplicación del artículo 155 de la Constitución española. Cinco años que parecen una eternidad. Cinco años en los que algunas cosas han cambiado en España.

Cita en Barcelona por decisión expresa del presidente Pedro Sánchez, a quien le correspondía escoger la ubicación, puesto que la última cumbre bilateral se celebró en territorio francés, concretamente en la localidad de Montauban, el 15 de marzo del 2021. En esa ciudad, capital del departamento de Tarn y Garona, en el sudoeste de Francia, se halla enterrado Manuel Azaña, presidente de la Segunda República, símbolo del exilio español después de la Guerra Civil.

Con la cumbre de Barcelona, el Gobierno español pretende transmitir dos señales: rúbrica simbólica del reciente pacto entre España, Francia y Portugal para la construcción de un corredor de hidrógeno entre los puertos de Barcelona y Marsella, y un mensaje de normalidad institucional en Catalunya. Ese es el código de señales, admiten fuentes de la Moncloa consultadas por La Vanguardia.

La cumbre hispano-francesa quiere transmitir un mensaje de tranquilidad sobre Catalunya

El pasado 9 de diciembre, Emmanuel Macron, Pedro Sánchez y el primer ministro portugués António Costa cerraron en Alicante el acuerdo para solicitar financiación de la Unión Europea para la construcción de una tubería submarina entre los puertos de Barcelona y Marsella para el transporte de hidrógeno descarbonizado desde la península Ibérica hasta el centro de Europa en el horizonte del año del 2030. Todavía en fase de definición técnica, el proyecto H2Med está valorado inicialmente en unos 2.500 millones de euros, la mitad de los cuales podría provenir de fondos europeos.

El acuerdo de Alicante puso fin al litigio entre España –con el activo apoyo de Portugal– y Francia sobre la continuación del interrumpido gasoducto Midcat para el transporte de gas al centro de Europa por territorio francés, con el objetivo de contribuir, en el medio plazo, a aminorar la dependencia de Alemania del gas ruso. Macron se opuso al desarrollo de una nueva infraestructura gasista en Francia, pese al apoyo alemán a la idea, y aceptó como alternativa una conexión para el transporte de hidrógeno verde, considerado en estos momentos uno de los combustibles ecológicos del futuro.

Sánchez comunicó a Macron su deseo de firmar el tratado de amistad en Barcelona durante la reunión que mantuvieron en Alicante. El Gobierno español pretende enfatizar así el valor que concede al pacto sobre el H2Med y la importancia objetiva del puerto de Barcelona en el actual momento de crisis energética en Europa: en Barcelona se halla en estos momentos la mayor planta de regasificación del Mediterráneo. A efectos de la futura seguridad energética europea, el puerto de Barcelona deviene un lugar clave si se materializa el proyecto H2Med. Dicho en términos geopolíticos: Barcelona, puerto importante para la OTAN.

Sánchez también pretende dar valor al pacto con Francia para la conducción Barcelona-Marsella

Hace tres años el tratado de amistad seguramente no se habría firmado en Barcelona. En enero del 2020, la tensión aún era muy alta en Catalunya después de las protestas que tuvieron lugar al conocerse las penas de cárcel impuestas por el Tribunal Supremo a los principales líderes del procés, excepción echa de Carles Puigdemont y de los exconsejeros que le acompañaron a Bruselas. Durante los años del prócés apenas ninguna mandatario extranjero visitó Barcelona.

En junio del 2021, el Gobierno de coalición de la izquierda española indultó a los políticos catalanes que se hallaban en prisión, y en diciembre del 2022 ha suprimido el delito de sedición –sustituido por un nuevo tipo penal de desordenes públicos agravados–, modificando parcialmente el delito de malversación. Con la firma del tratado de Barcelona, Sánchez pretende demostrar que su política ha permitido desinflamar Catalunya. “El procés ha concluido”, afirmó el presidente español en fecha reciente.

Se está estudiando en qué lugar de Barcelona tendrá lugar la cumbre. El Palau Nacional de Montjuïc o una instalación más moderna.

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