El independentismo no perdona al juez Manuel Marchena las sentencias con las penas de cárcel contra nueve líderes del procés que dictó el tribunal que él presidió en el 2019 y ayer lo quiso demostrar con motivo de una visita del magistrado del Tribunal Supremo a Barcelona para pronunciar una conferencia sobre inteligencia artificial y procesos penales en el Ilustre Col·legi d’Advocats de Barcelona (ICAB).
Centenares de personas convocadas por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium protestaron por la tarde a las puertas de la institución ante un fuerte dispositivo policial, lo que provocó algunos momentos de tensión entre los manifestantes y los agentes de los Mossos d’Esquadra que custodiaban el edificio, situado frente a la –blindada– Delegación del Gobierno en Catalunya.
Una veintena de abogados se levantan durante la conferencia del togado del Supremo
Con todo, la protesta no coincidió con la llegada del togado, o al menos pasó inadvertido, y a la salida, en coche y a gran velocidad, apenas quedaban unas decenas de manifestantes. Las escenas de tensión se reprodujeron cuando ya había acabado el acto en el momento en el que los juristas abandonaban el ICAB entre gritos de “traidores, botiflers ”, “no sois juristas, sois fascistas” o “no sois juristas, sois franquistas”.
La protesta tuvo su eco en el interior de la sala al inicio de la conferencia del magistrado. Una veintena de personas acreditadas al acto y coordinadas previamente en las asociaciones de juristas soberanistas se levantaron en señal de recriminación y abandonaron el lugar entre los abucheos de algunos de los presentes. E incluso se exhibió alguna estelada. Uno de ellos, Pep Cruanyes, vinculado a las entidades independentistas, se dirigió a Marchena para espetarle que “ha convertido el Tribunal Supremo en un tribunal de excepción”, mientras sus compañeros se levantaban. También estaban en el interior de la sala Quim Jubert, diputado de Junts y abogado; Jordi Domingo, cónsul mayor del Consolat de Mar, o el exjuez Santiago Vidal.
Al acto, que tuvo lugar en una parte alta del edificio, en el octavo piso, donde no se oían los gritos del exterior ni los pitidos constantes, no se permitió acceder a la prensa. Estaba reservado a abogados colegiados que previamente se hubieran apuntado. Fuentes presentes en la sala señalaron al salir que había sido una conferencia muy generalista, y que en el turno de preguntas, que se escribían en tarjetas y pasaban un filtro previo, no hubo estridencias.
En el exterior, la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, tildó de “provocación” la conferencia de Marchena en Barcelona sobre inteligencia artificial tras el Catalangate y recordó que, a pesar de los indultos, las condenas de aquel “juicio farsa” siguen en pie. Por su parte, el presidente de Òmnium, Xavier Antich, señaló que la protesta es para rememorar las palabras de su antecesor en el cargo, Jordi Cuixart: “Ho tornarem a fer” (Lo volveremos a hacer).