Si Rick Blaine selló en Casablanca con el capitán Louis Renault “el principio de una bonita amistad”, en la legendaria película de Michael Curtiz de 1942, Pedro Sánchez quiso certificar ayer en Rabat, con el rey Mohamed VI, el inicio de una nueva relación entre España y Marruecos que entierre largos meses, más bien años, de crisis diplomática y tensión política entre ambos vecinos. “Hoy es el inicio que va a desencadenar cosas importantes”, auguró el presidente del Gobierno antes de aterrizar en Rabat y mantener su esperado encuentro con el monarca alauita, con quien se reunió en el Palacio Real, en compañía del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y su homólogo marroquí, Naser Burita.
Sánchez y Mohamed VI escenificaron la recomposición de las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos tras largos meses de tensión y el cambio de posición del Gobierno sobre la cuestión del Sáhara Occidental. La prioridad del presidente del Gobierno es garantizar la seguridad en las fronteras españolas, con una drástica reducción del flujo irregular de migrantes en Ceuta, Melilla y las islas Canarias, en plena crisis económica, energética y de refugiados ante la guerra desatada por Vladímir Putin en Ucrania. Y la primera traducción de este nuevo marco de relaciones es que la llegada irregular de migrantes a territorio español ya se redujo notablemente durante la segunda quincena de marzo, después de que Sánchez asumiera un cambio de guion en la cuestión del Sáhara, al reconocer la propuesta marroquí de autonomía para la antigua colonia como “la más seria, realista y creíble”.
Sánchez transmite a Mohamed VI un mensaje de “paz y felicidad” de parte del rey Felipe VI
Sánchez empezó por transmitir a Mohamed VI un mensaje de “paz y felicidad” de parte de Felipe VI, lo que el monarca alauita le agradeció en español. Tras la reunión bilateral entre ambos, en la que además de los ministros de Exteriores participaron el consejero real marroquí, Fuad Ali el Himma, y el embajador español en Rabat, Ricardo Díez Hochleitner, Mohamed VI invitó a Sánchez a compartir el iftar, la ceremonia de ruptura del ayuno del Ramadán y a una cena oficial. Albares ya había resaltado la importancia de este gesto del rey de Marruecos, ya que, a su juicio, invitar a una persona ajena al círculo íntimo familiar del monarca a esta ceremonia es un signo de “fuerte amistad”.
La Moncloa y el Ministerio de Exteriores se volcaron en la preparación de este singular encuentro entre Sánchez y Mohamed VI, que pretende poner fin a la grave crisis diplomática sufrida, gracias al reconocimiento del Gobierno de la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara, pese a que este movimiento abrió tensiones con Argelia, otro socio estratégico fundamental para España, además de su principal suministrador de gas. “La situación con Argelia es razonable, hay colaboración migratoria y en seguridad, y vamos a trabajar para la normalidad”, defendió.
“Esta es la mejor opción, es la mejor salida”, reafirma el jefe del Ejecutivo sobre la cuestión del Sáhara
Pese al unánime rechazo de todos los grupos del Parlamento, salvo un PSOE que hace de la necesidad virtud, al cambio de posición sobre la cuestión del Sáhara, Sánchez lo justifica como “un paso más” en una postura estratégica que beneficiará a los intereses de España. “Esta es la mejor opción para el Gobierno”, insistió ayer el jefe del Ejecutivo. “Es la mejor salida”, reiteró. “Este es un buen acuerdo para España, por múltiples motivos, no solo por la cuestión migratoria sino que también teníamos que normalizar las relaciones comerciales y de tránsito”, defendió.
Precisamente el nuevo marco de relaciones entre ambos países también apunta a una pronta reapertura de las fronteras, a la reactivación de la operación paso del Estrecho, y a una próxima reunión de alto nivel entre ambos países, tras la suspensión de la cita prevista en diciembre del 2020, después de que Donald Trump reconociera la soberanía marroquí sobre el Sáhara en el último suspiro de su mandato.
Acuerdo sobre inmigración y terrorismo
El Gobierno publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) un acuerdo con Marruecos sobre lucha contra la delincuencia de todo tipo, incluida la inmigración ilegal que entrará en vigor a finales de este mes de abril. La oficialización del acuerdo y el anuncio de su entrada en vigor se produce coincidiendo con la visita que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, inició ayer en Rabat para recomponer las relaciones con este país. El convenio está publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, aunque el acuerdo fue firmado el 13 de febrero del 2019 por el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y su entonces homólogo marroquí, Abdelouafi Laftit.
El “Convenio entre el Reino de España y el Reino de Marruecos sobre cooperación en materia de seguridad y de lucha contra la delincuencia” entrará en vigor el 30 de abril y será aplicable “por tiempo indefinido y seguirá vigente mientras una de las dos partes no lo denuncien por vía diplomática”. En cuanto al contenido, España y Marruecos establecen que cooperarán “en el ámbito de lucha contra la delincuencia, especialmente la delincuencia en formas organizadas”, lo que incluye una variedad de delitos. Destaca en el listado de acciones criminales contra las que ambos países colaborarán la trata de seres humanos y la inmigración ilegal, que es un asunto recurrente entre ambos gobiernos. Para la consecución de los fines del acuerdo, España y Marruecos tomarán medidas como informarse “recíprocamente sobre investigaciones en curso en las distintas formas de la delincuencia organizada, incluido el terrorismo”. También completarán “acciones coordinadas y de asistencia mutua”.