No es la primera vez que los comunes salvan los muebles a la mayoría independentista. Más allá de coincidencias en votaciones en el Parlament en cuestiones más o menos relevantes, será la segunda vez, y consecutiva, que permiten que la ley más importante del año, la de presupuestos, salga adelante ante la falta de acuerdo dentro del independentismo entre ERC, JxCat y la CUP. Lo hicieron con las cuentas del 2020 y vuelven a hacerlo ahora con las del 2022, que gracias a ello serán, por cierto, las primeras que no se tienen que prorrogar desde el 2010.
Se da la circunstancia de que En Comú Podem facilitó la aprobación de los presupuestos del 2020 cuando la presidencia de la Generalitat –ocupada por Quim Torra– estaba en manos de JxCat, que entonces no puso reparos a aquel pacto y ahora, en cambio, le ha encontrado todos los peros.
La CUP había permitido la in-
vestidura del 131.º presidente el 2018, después de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, pero se había desentendido de la aprobación de las cuentas, que permanecieron prorrogadas ese año y también el 2019. Hasta que los de Jéssica Albiach salieron al rescate.
Los presupuestos del 2020 también fueron aprobados gracias a En Comú Podem ante el rechazo de la CUP
El conseller de Economia era el actual presidente Pere Aragonès, que ya el mismo 2019 intentó el acuerdo con los comunes, aunque sin éxito. Pero el 2020 las cosas fueron distintas y gracias a En Comú Podem recibieron luz verde los presupuestos, que a la postre serían los primeros y únicos de la legislatura que se aprobarían. Los anteriores en ser validados eran los del 2017, con Carles Puigdemont de presidente de la Generalitat, que la CUP sí respaldó a cambio del referéndum del 1-O. Y los del 2022 volverán a tener el sello de los comunes después de que los del 2021 también quedaran prorrogados, al considerar tanto el 132.º presidente como el titular de Economia, Jaume Giró, que era preferible centrar los esfuerzos en los números del próximo año que en los del actual, habida cuenta de que el ejercicio estaba ya muy avanzado cuando el Govern se constituyó a finales de mayo.
Las del 2022 serán, pues, las primeras cuentas de la nueva legislatura y las primeras que, desde el 2010 y salvo sorpresas, se aprueban en tiempo y forma para que puedan entrar en vigor el 1 de enero. Y es que en estos últimos doce años todas, por un motivo u otro, se han tenido que prorrogar, de forma temporal o de forma definitiva. Las últimas en recibir luz verde cuando tocaba fueron justamente las del 2010, que se aprobaron en diciembre del 2009, cuando el presidente de la Generalitat era José Montilla y el conseller de Economia Antoni Castells.
Desde entonces, en cinco ocasiones los presupuestos han sido prorrogados todo el año. El caso más sonado fue el de los del 2016, cuando la CUP los tumbó y se convirtieron en los primeros que el Parlament devolvía al Govern. Antes, Artur Mas no había sacado adelante antes de un 1 de enero ninguno de sus números, los de los recortes y que Andreu Mas-Colell se las veía y deseaba para cuadrarlos, y después las cuentas públicas de Catalunya han continuado al albur de la inestabilidad política de estos tiempos.