Loading...

El PSC recupera su dominio en el área metropolitana y hunde a Ciudadanos

ERC se convierte en segunda fuerza y Vox emerge en la conurbación barcelonesa

Voluntarios toman la temperatura a los votantes a las puertas de la escuela Gerbert d’Orlhac en Sant Cugat

MANE ESPINOSA

Los socialistas recibieron ayer el impulso definitivo para recuperar la hegemonía pérdida en el área metropolitana de Barcelona. Una tendencia que ya se intuyó en las últimas elecciones municipales de hace tres años, cuando el PSC recobrar las mayorías absolutas que Ciudadanos y comunes le habían llegado a discutir años antes. Fueron la fuerza más votada en 28 de los 36 municipios de la conurbación barcelonesa y solo pincharon en Sant Cugat del Vallès, Montgat, Santa Coloma de Cervelló, Corbera, El Papiol, Begues y Torrelles de Llobregat, donde se impuso ERC, y en Tiana, donde ganó JuntsxCat. A pesar de perder en estos municipios, los socialistas lograron posicionarse entre las tres fuerzas más votadas en estas ciudades.

Sin duda, la reconquista de votos del PSC tuvo graves consecuencias para Ciudadanos, que fueron los grandes perdedores de la noche. La formación naranja sufrió una verdadera debacle tras dar la sorpresa en las anteriores autonómicas, las del 2017, cuando se convirtió en la formación más votada y se hizo con la mayoría de las grandes ciudades de la conurbación barcelonesa. En estos comicios, los votantes le han dado la espalda para convertirla en un partido irrelevante a causa de la gran pérdida de sufragios, muy significativos en Santa Coloma de Gramanet, donde pasa de los 21.000 votos en el 2017 a 2.700 de ayer, o en l’Hospitalet de Llobregat, de 45.000 a poco más de 5.500 en esta ocasión.

Hegemonía independentista

JxCat se impone en las comarcas del interior y en ciudades como Igualada y Vic

Además del impulso que reciben los socialista en estas elecciones, Esquerra Republicana es otra de las formaciones que consolida su dominio en el área metropolitana como segunda fuerza más votada en la mayoría de las ciudades e, incluso, se sitúa como líder indiscutible en siete municipios. Una tendencia que ya empezó a intuirse en anteriores comicios y que ahora afianza aún más a los republicanos en un territorio que tradicionalmente se les había resistido.

El escenario que dejan las elecciones de ayer muestran además
la clara irrupción de Vox en el mapa metropolitano. La formación ultraderechista se convierte en
la tercera fuerza política en muchas ciudades –en Badia es la segunda–, mientras el PP queda diluido y su presencia completamente desdibujada. Así ocurre en l’Hospitalet de Llobregat, donde se han hecho con el 9,61% de los votos, Viladecans, Sant Adrià de Besòs, Castelldefels o Santa Coloma de Gramenet.

También en Sant Vicenç dels Horts, el municipio del que fue alcalde Oriol Junqueras, la formación que lidera Ignacio Garriga es la tercera, por detrás de PSC y ERC. Mientras que en Badalona, ciudad gobernada por el popular Xavier García Albiol, Vox es cuarta fuerza y los populares pasan a ser séptima fuerza, solo por delante de la CUP de la exalcaldesa Dolors Sabater. Por su parte, En Comú Podem, otra de las formaciones que llegó a discutirle la hegemonía a los socialistas en algunos municipios y en las elecciones del 2017 ya sufrió una importante fuga de votos, consigue mantenerse estable. En algunas ciudades como El Prat de Llobregat –donde gobierna–, Montcada i Reixac o Sant Joan Despí logra la tercera posición.

En el resto de la circunscripción de Barcelona el guion es similar al del área metropolitana. En el conjunto de la provincia, el PSC se impone con el 25% de los votos, seguido de ERC, que logra el 20,46%, y deja en tercer lugar a JuntsxCat, con un 17,9%. Por detrás de ellos se sitúa ya Vox, que cosecha 162.470 votos, un 7,8%.

La fotografía de los resultados es completamente diferente a medida que el foco se aleja de la capital catalana y su aglomeración urbana. En Igualada, Manresa, Vic, Vilafranca del Penedès y Berga se impone JuntsxCat, seguido de ERC. En la mayoría de estas ciudades el PSC se posiciona como tercera fuerza.

La participación ha sido uno de los mayores condicionantes de estas atípicas elecciones. Si en los anteriores comicios se superó en algunos municipios el 80%, en esta ocasión en pocas ciudades del área metropolitana no se ha pasado del 50%, aunque el computo global de la circunscripción de Barcelona ha sido del 53%.