“Nos vamos a centrar en aprobar los presupuestos, lo importante es aprobar los presupuestos”, subrayó ayer Pedro Sánchez tras una semana pródiga en desencuentros y choques internos en el Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. En una nueva comparecencia dominical desde la Moncloa, tras la reunión telemática del G-20, insistió en que una vez sellado el Ejecutivo de coalición hace casi un año, los ministros no son de uno u otro partido, sino del Gobierno de España. “Por tanto, todos los ministros y ministras tienen mi total confianza y mi total empatía”, zanjó. Y rechazó así que se esté planteando una crisis en el Gobierno tras la aprobación de los presupuestos.
Sánchez subrayó que “la unidad de la izquierda, la unión de fuerzas políticas de izquierdas, que ha sido inédita a lo largo de la historia, incluso antes de la dictadura franquista, es una buena noticia para nuestro país”. Sobre todo, aseguró, en plena emergencia económica, social y sanitaria, para dar una respuesta a la crisis “con muchísima empatía social hacia los colectivos que más están sufriendo”. El presidente admitió “aciertos y errores”, para concluir que la gestión del Gobierno está siendo “razonable”.
“Todos los ministros tienen mi total confianza y mi total empatía”, afirma
Sánchez insistió en superar las polémicas internas y en centrar el tiro en la aprobación de los presupuestos, en “dar estabilidad política a la legislatura”, en “abordar una ambiciosa agenda de transformación y modernización”, y también en impulsar “la reconciliación” en Catalunya, lo que aseguró que “este Gobierno quiere abordar definitivamente en esta legislatura”.
El líder del PSOE reiteró la importancia de que una amplia mayoría parlamentaria de 198 escaños –“en los que están distintos partidos de izquierdas y de derechas, que representan a la España legítimamente votada por los españoles”– derrotaran las enmiendas a la totalidad del PP y Vox. Una amplia mayoría, con la que aseguró que nunca contó ni Felipe González para tumbar las enmiendas de devolución de sus cuentas, que incluye desde el PNV y Ciudadanos hasta ERC y EH Bildu.
El presidente esgrime la Constitución como garantía de la educación en lenguas cooficiales
“Gestión, gestión, gestión”, esgrimió Sánchez, que ante la polémica enmienda que Unidas Podemos registró con ERC y EH Bildu para prohibir los desahucios durante dos años y que fue considerada una “deslealtad” por el PSOE, alegó que el Gobierno ya tomó esta medida hasta el próximo 31 de enero y no descarta prolongarla. El jefe del Ejecutivo siguió rebajando la relevancia del apoyo a las cuentas de EH Bildu. “Las siglas que le importan a este Gobierno son las de PGE”, zanjó, en referencia a los presupuestos generales del Estado. Aunque sí consideró “fatal” que EH Bildu participe en homenajes a etarras en el País Vasco: “No lo comparto”.
Sánchez, por otra parte, aseguró que su Gobierno se “corresponsabiliza” de la crisis migratoria en Canarias. “Pueden estar seguros, tranquilos y confiados”, transmitió a las autoridades canarias. Si bien advirtió que las tensiones de los flujos migratorios se van a disparar aún más debido a la grave crisis económica en el África subsahariana.
Y también replicó a las manifestaciones que la derecha animó ayer contra la ley Celaá, al advertir que el Gobierno cumple con la Constitución al garantizar la educación en las cuatro lenguas cooficiales.