Aitor Esteban: “No contribuiremos a dar publicidad a esta patochada”
Moción de censura
El PNV cede 29 minutos de su turno mientras que EH-Bildu llama al PP a quitarse la careta y votar a favor de Santiago Abascal
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El debate con los partidos vascos, PNV y EH-Bildu ofreció a Santiago Abascal, la ocasión para su golpe de efecto estrella para este debate: la lectura de los nombres todas las víctimas de ETA, una idea que ya ejecutó Antonio Basagoiti (PP) en el Parlamento Vasco, y que ha refrescado el estreno estos días de la película Los 7 de Chicago, de Aaron Sorkin, sobre uno de los juicios más famosos de la historia de Estados Unidos, en el que uno de los acusados usó su derecho a una intervención final, previa a la lectura del veredicto, para leer los nombres de todos los soldados muertos en la guerra de Vietnam durante los más de doscientos días que duró el juicio.
En todo caso, el PNV también ejecutó una performance, aunque en su caso fue muchísimo más eficiente en el uso del tiempo y la paciencia de sus señorías. Apenas un minuto y veinte segundos consumió Aitor Esteban, portavoz del Grupo Vasco, en decirle a Santiago Abascal que él mismo se había definido como “no candidato” desde el momento en que había renunciado a lograr el voto favorable de ningún otro grupo, y que a la vez se postulaba por eliminación, al no haber logrado convencer a ningún otro candidato. “todos les dieron calabazas”.
El diputado jeltzale subrayó que el único programa que defendía el candidato era disolver el Gobierno en mitad de la pandemia y de la crisis económica, y convocar elecciones, previa ilegalización de partidos, y tildó sus argumentos de “simplones”. Concluyó: “No contribuiremos a dar publicidad a esta patochoda de moción de censura. Puede pasar el siguiente turno, señora presidenta, y utilizar los 29 minutos que no utilizaremos”. Y bajó de la tribuna.
Ni siquiera subió a dar réplica a Abascal, que le reprochó que el grupo posea la denominación oficial de “Grupo Parlamentario Vasco” –vaticinó que eso iba a cambiar, no aclaró si antes o después de la ilegalización que reclama–. Abascal acusó al PNV de darse “aires de hombres de Estado paseando Madrid”, de ser un partido “fundado por un lunático” –por Sabino Arana– y ser un partido “traidor”. Esteban ni se movió.
Previamente, en su turno, la portavoz de EH-Bildu, Mertxe Aizpurua, había hecho algo parecido a lo de Esteban. Solo empleó un minuto de su intervención en dirigirse a Vox. Casi como si previera lo que luego haría Abascal, Aizpurua dijo: “No voy a entrar siquiera a debatir sus ganas de que la violencia y el dolor vuelvan a la sociedad vasca y española, porque es tan grave, tan grave, que ni siquiera merece una valoración”. Y le anunció: “ Jamás, jamás, formarán parte del futuro que los vascos y las vascas tenemos por delante. Jamás.”
El resto del turno lo ocupó en dirigirse al Gobierno de coalición para bendecir su actitud de diálogo y algunas de las conquistas sociales puestas en marcha en estos meses, y empujarlo a romper con el régimen del 78 en pos de una mayor democratización del país. “Porque lo cierto es que temen hacer nada que soliviante a la derecha. En vez de tomar decisiones valientes, prácticamente piden permiso a la derecha para cada paso, y así, así siempre serán ellos quienes decidan y ustedes, los que obedezcan”.
La diputada abertzale reclamó a Sánchez que practique la gallardía y el arrojo con el que desafió al PSOE después de que el partido forzase su dimisión: “ Que aquel liderazgo que exhibió frente al aparato de su partido, frente a quienes preferían mantener el estatus de las cosas tal y como estaban, esa rebeldía que exhibió frente al PSOE, la lleve a la práctica también ahora para abordar estos retos”. Porque, concluyó, “estas semanas y meses se decidirá el rumbo que tomará este estado en las próximas décadas (...) La gran pregunta es si usted y su Gobierno lo harán. Si están dispuestos a hacer de este Estado un estado democrático del siglo XXI, para dejar de ser un estado fallido del siglo XX”.
Salió Abascal, leyó los nombres de los asesinados por ETA en 40 años y salió a contestarle el diputado Oskar Matute, quien le afeó que le copiase a Basagoiti su golpe de efecto, y se dirigió al PP para invitarlos a votar a favor de la moción de censura, porque, en el fondo, es lo que desean, quitarse la careta.