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La losa de los trece años

Jordi Juan Director de La Vanguardia

Esquerra siempre ha aspirado a ocupar el espacio central de la antigua Convergència para mandar en Catalunya y ser decisiva en Madrid. Nunca ha estado tan cerca de lograrlo como ahora, cuando se ha impuesto a los herederos del antiguo partido de Jordi Pujol por un amplio margen en las tres grandes elecciones de este año (las dos generales y las municipales) y hace tiempo que es favorito en todas las encuestas para las catalanas. La caprichosa aritmética parlamentaria ha hecho que sus 13 diputados en Madrid sean hoy fundamentales para respaldar el primer ­gobierno de coalición en la democracia española desde la transición.

Si los republicanos rechazan la investidura de Pedro Sánchez, hay muchas posibilidades de que España se vea abocada a unas terceras elecciones generales. Lo lógico, por tanto, sería que ERC aprovechase la oportunidad para no ser irrelevante y se disfrazara de PNV para arrancar los máximos compromisos a los socialistas en esta nueva legislatura.

El problema para los republicanos es que este ejercicio de responsabilidad choca con la cruda realidad de la coyuntura catalana. La abstención que Gabriel Rufián lideró en julio y que no sirvió finalmente para evitar las elecciones se produjo en un contexto muy diferente al actual. No sólo porque no se había dictado la sentencia que ha causado un gran dolor entre los votantes independentistas, sino también porque los republicanos han asistido a una campaña electoral donde el tono de Sánchez no tenía nada que ver con el espíritu de Pedralbes. El líder del PSOE hizo una campaña muy agresiva contra el independentismo catalán que ahora deberá modular. En defensa del candidato socialista, también cabe apuntarlo, la actuación de Quim Torra en la Generalitat era en demasiadas ocasiones una invitación a la crítica.

Xavier Cervera

ERC tiene además el hándicap de la dura competencia electoral de JxCat y la CUP, que están más envalentonados que nunca en su estrategia frentista contra el Estado. Los posconvergentes han ganado un diputado en Madrid, y los cuperos han obtenido representación parlamentaria por vez primera. Como se vio durante la campaña electoral, estas dos formaciones no han tenido ningún problema en acusar a los republicanos de entreguismo al PSOE por aquella abstención. Si esto no fuera suficiente, la investidura coincidirá en el tiempo con el 28.º congreso nacional de ERC, donde, como se sabe, la militancia tiende a radicalizar las decisiones de su dirección.

Puestas así las cosas, ERC no puede facilitar un cheque en blanco al PSOE. Los republicanos necesitan algo más que una foto para facilitar la investidura, y el cronómetro ya está en marcha.

Sánchez, que ya ha hecho una transformación de 180 grados para pasar de rechazar a Pablo Iglesias a abrazarse con él, tendrá que hacer una nueva pirueta estratégica para aprobar algún acuerdo que contente a los republicanos. La base es el documento de Pedralbes, pero seguramente no es aún suficiente para la dirección de ERC. Desde las filas del PSC, que siguen en segundo plano estas negociaciones, creen que es hora de que los republicanos superen su “bisoñez” y hagan un ejercicio de responsabilidad a diferencia de otros momentos clave que optaron por la confrontación: la presión a Carles Puigdemont para que no convocara elecciones en el 2017, la moción a los presupuestos que desencadenó el adelanto electoral de este año y el boicot a Miquel Iceta como senador.

Pero no hay que olvidar el factor humano: ERC tiene a su líder en prisión con una pena de 13 años de cárcel. La decisión final que tome el partido republicano va a estar muy influida por la situación penal de Oriol Junqueras. La lógica de la actuación política se altera completamente cuando existe un elemento personal así. Harían bien Sánchez y su cuartel general negociador en no minimizar este punto. Aquellos que dan por hecho la abstención de ERC porque tampoco le convienen unas terceras elecciones deben valorar que una losa de 13 años de cárcel pesa demasiado. Y la solución de conveniencia que parece más fácil no siempre es la que acaba sucediendo.

El grupo de Poblet se prepara

De forma discreta, un centenar de los miembros del grupo de Poblet que llevan meses estudiando una alternativa política a la actual situación de crisis que vive Catalunya volvieron a reunirse este fin de semana en Barcelona. En esta reunión los asistentes del colectivo abrieron la puerta, por primera vez, a la viabilidad de analizar una operación electoral que asuma los documentos que van redactando. Hasta ahora se ha preparado material en torno a cuatro ejes: económico, social, valores y político. Entre los participantes figuran militantes del PDECat o del PSC, aunque la organización quiere dar un especial protagonismo a miembros que son expertos sin adscripción política.

La urna incautada

La financiación del 1-O y cómo llegaron las urnas a los colegios sigue siendo una asignatura pendiente para las fuerzas de seguridad del Estado que fueron burladas por el independentismo. Diversas investigaciones en marcha tratan de esclarecerlo, y la principal hipótesis es que la operación se financio mediante subvenciones a entidades deportivas. Eso llevó a la detención durante unas horas de dirigentes nacionalistas vinculados al área de deportes. Uno de ellos, Àlex Gallo, fue detenido en su casa de Viladecans y no pudo evitar que los agentes le requisasen una urna del 1-O que tenía como recuerdo. Al protestar por la incautación, un guardia le contestó: “Con tu trabajo financiasteis esto”.