Diada 2018: La historia y origen de la fiesta de Catalunya
11 de septiembre
La evolución de la celebración nacional del pueblo catalán
Imágenes de la ofrenda floral de la Diada
Horario y recorrido de la manifestación de la Diada 2018
Los actos florales de la Diada
Diada 2018: Última hora en Catalunya y Barcelona
En Catalunya la fiesta nacional recuerda y conmemora una derrota. En el marco de la “guerra de sucesión española” para escoger un nuevo rey, Barcelona se mantuvo fiel a Carlos II de Habsburgo hasta el final y fue sometida por las fuerzas de Felipe de Anjou a un largo sitio de 14 meses hasta que la ciudad se rindió el 11 de setiembre de 1714, día que hoy sirve para celebrar la Diada de Catalunya.
Pasó más de un siglo hasta que empezara a conmemorarse el 11 de septiembre como un día importante. La primera celebración fue en 1886, en un ambiente católico y conservador en la parroquia de Santa Maria del Mar, donde se encuentran enterrados en el Fosar de les Moreres centenares de caídos en aquella batalla.
En 1888 empezó a reconocerse la figura de Rafael Casanova, uno de los líderes de la resistencia del sitio a Barcelona, cuando se le construyó una estatua que hoy en día sigue siendo parada obligatoria en el 11 de septiembre. La Diada siguió transcurriendo con aire católico y en 1914 con motivo del bicentenario se celebró una importante conmemoración, años antes de ser prohibida durante el directorio militar de Primo de Rivera, entre 1923 y 1930.
Con la llegada de la II República en Catalunya la celebración del 11 de septiembre volvió con más fuerza y desmarcada de un aire tan católico como hasta entonces. Con la llegada de la dictadura franquista se prohibió la celebración.
En 1976, después de 40 años, Catalunya volvió a tener Diada aunque fuera con restricciones para que se hiciera en Barcelona. Como publica La Vanguardia en su edición del 10 de septiembre de 1976, se autorizó la conmemoración pública de la Diada en Sant Boi de Llobregat, en donde está enterrado Rafael Casanova.
En 1977 la ciudad condal sí que acogió una de las Diadas más históricas hasta el momento. Bajo el lema “Llibertat, Amnistia, Estatut d’autonomia” un millón doscientas mil personas, según la Policía Municipal, salieron a la calle de Barcelona. Desde Paseo de Gracia y la Ronda de San Pedro hasta Arc de Triomf, los asistentes pudieron escuchar gracias a los altavoces instalados el discurso del president Josep Tarradelles días antes de volver de su prolongado exilio. En toda Catalunya, dos de los seis millones de catalanes que había en aquella época salieron a la calle a celebrar la Diada más reivindicativa después del franquismo.
Desde el 2012, la fiesta ha dado un giro hacia la reivindicación independentista. Las senyeres han dejado paso a las esteladas y los gritos del 1977 de ‘Estatut d’autonomia’ a las peticiones de ‘Independencia’. En el último lustro también se han reinventado las formas de manifestarse. Una cadena humana con todos los participantes cogidos de la mano en 2013, un voto simbólico en una urna en 2014 en vísperas del 9-N, la flecha de 2015 o la multiconcentración de 2015 en Salt, Berga, Tarragona, Barcelona y Lleida.