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‘Operación Montecristo’

Jordi Juan Director de La Vanguardia

Igual que el héroe de Alejandro Dumas padre, aquel Edmundo Dantés que fue desahuciado y encarcelado en el penal de If, pero se las arregló para escaparse, hallar una fortuna y volver con todos los honores como el conde de Montecristo, un grupo de exdirigentes de CDC planean una vasta operación para diluir el PDECat en un nuevo movimiento, la Crida Nacional de la República, que liderará Carles Puigdemont. La idea es similar al paso que en su día hizo el PSUC en Iniciativa per Catalunya y después ésta a su vez en Catalunya en Comú. La mención al héroe de Dumas es de los propios impulsores que la han bautizado así por el paralelismo existente entre Dantés y un Puigdemont que intentará ser el cabeza de lista electoral de esta formación, aunque resida fuera de España, y que aún confía en poder volver a Catalunya con el menor coste judicial posible. La cúpula de JxCat, empezando por el president Quim Torra, apoya la idea y la secundan otros dirigentes claves de CDC como Francesc Homs, Miquel Buch, Jordi Turull o Jordi Cuminal que fueron justamente algunos de los que perdieron la batalla en el congreso fundacional del PDECat .

Este próximo fin de semana se celebrará la primera asamblea del partido demócrata que deberá ratificar o no esta estrategia. Marta Pascal y David Bonvehí, el tándem que dirige el PDECat, tienen muchas dudas sobre dar el paso que supondría certificar la muerte del partido heredero de Convergència y prefieren que la asamblea tenga un debate abierto y plural sin ideas preconcebidas desde fuera. Justamente hoy el Ateneu Barcelonès será el marco de presentación de la Crida Nacional con intervenciones de algunos de sus impulsores como Ferran Mascarell, actual delegado del Govern en Madrid, y se dará a conocer su nueva página web. No es casual que esta presentación en sociedad se produzca en vísperas de la asamblea. Los recelos de la actual dirección se centran en cómo se producirá la integración del PDECat en la nueva formación. Aunque sus fundadores abren la puerta a otras formaciones como Demòcrates, Reagrupament o ERC, está por ver si estas aceptarán hacerlo. En el caso de Esquerra la negativa es rotunda ya que ven otra estrategia del entorno convergente para crear una nueva versión de la casa común del catalanismo de Mas pero ahora con la excusa de la república.

A Pascal y Bonvehí ya se les ha hecho llegar que tendrán sitio en la futura comisión gestora de la nueva formación y a cambio pueden tener un congreso en paz sin que se presente ninguna candidatura alternativa a la dirección. Cómo se recordará, el alcalde de Molins de Rei, Joan Ramon Casals, ya apareció como opción probable si el PDECat no avanzaba en el proceso de integración en JxCat. El problema que se le presenta a la actual dirección es tener un congreso plácido pero en contrapartida quedarse al frente de una organización que tendrá cada vez menos poder decisorio. Pascal y su equipo también se mueven. Han registrado JxCat como partido político para evitar que la nueva formación se acabe apropiando la marca y han ofrecido el cargo de presidente del PDECat a Puigdemont y tres vicepresidencias para Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn, pero estos no aceptan. La pantalla del PDECat ya la tienen superada.

En este contexto la figura de Artur Mas es clave. El expresidente no se ha pronunciado aún a favor de la nueva plataforma de Puigdemont ni ha hecho ningún gesto a favor de mantener la vigencia del PDECat. Para el president lo peor es la sensación de que el movimiento soberanista anda descabezado respecto a su etapa o a la liderada por Jordi Pujol. Puigdemont está en Alemania, Torra no quiere ejercer como líder real del independentismo y Pascal no ha cogido todavía la suficiente autoridad para hacerlo. En este contexto, con una ERC también en construcción de liderazgos, las voces de la ANC, Òmnium, o hasta los CDR adquieren un protagonismo inusual.

Si un pacto de última hora no lo remedia, el PDECat volverá a vivir un cónclave intenso como el primero y la militancia volverá ser decisiva. En juego está algo más que el futuro de un partido. En el fondo está la estrategia posibilista o no del que ha sido el gran partido central en los últimos años en relación al conflicto catalán. No se puede olvidar que el voto a favor de la moción de Pedro Sánchez que ha supuesto el cambio de gobierno fue una decisión tomada por el PDECat en contra de la opinión de JxCat. Hay mucho en juego.

Carta de Rull, Turull y Forn

Los tres exconsellers del Govern Josep Rull, Jordi Turull y Joaquim Forn han escrito una carta para ser leída en la asamblea del PDECat que no deja lugar a dudas sobre el apoyo a la integración del PDECat en la nueva formación. Bajo el titulo “Lo vemos así”, defienden que la anormal situación política que vive Catalunya por “los presos políticos y exiliados” obliga a reafirmar un proyecto político que vaya más allá de unas siglas determinadas. Los autores dicen que el PDECat por ser la organización más implantada en Catalunya, con más alcaldes y concejales, debe ser la más generosa y pide que no se entren en polémicas de cargos y personas.

Mas-Collell muestra su disgusto

El exconseller Andreu Mas- Colell ha enviado una dura carta a la dirección del PDECat donde se replantea su continuidad en el partido por la falta de un departamento de Universidades e Investigación en el Govern. El exconseller ya mostró este malestar en sendos artículos en el diario Ara donde recordó que el Govern de Mas fue un precursor con esta conselleria que justamente él se encargó de implementar. A Mas-Colell sólo le faltaba ahora ver que no sólo no le hacen caso, sino que Pedro Sánchez le ha copiado la iniciativa con la creación del ministerio de Ciencia para Pedro Duque. La destitución del secretario de Universidades, Arcadi Navarro, ha sido la gota que ha colmado su paciencia.