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Aprende a cocinar un solomillo horneado con salsa de almendras para Fin de Año

La Receta del Lector

El chef Dani Martínez explica cómo elaborar este plato con guarnición de verduras y cuál es su historia

Solomillo Horneado con Salsa de Almendras y Guarnicion de Verduras.

Dani Martínez / La Huella de Salduba

* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia

Hoy os propongo aprender a cocinar una receta especial para Fin de Año, con historia incluida, para deleitar a vuestras familias e invitados: el solomillo horneado con salsa de almendras y guarnición de verduras.

Ingredientes para 4 comensales

  • 600 grs de solomillo de cerdo

  • 1 cebolla

  • 4 dientes de ajo

  • 250 grs de beicon en lonchas

  • 100grs de almendras fritas

  • 1 pimiento rojo

  • 1 pimiento verde

  • 1 copa de manzanilla

  • Aceite de oliva virgen extra

  • Pimienta negra molida

  • Sal

Elaboración

Limpiamos los solomillos y reservamos enteros, ponemos en una sartén unas gotas de aove con la cebolla juliana y los ajos laminados, cuando estén dorados, añadimos las almendras esperamos que evapore el alcohol y trituramos, licuamos con un poco de agua y reservamos, envolvemos los solomillos salpimentados en el beicon y ponemos en el horno en una placo con un poco de aceite y manzanilla o fino unos 30 minutos aproximadamente. 

Mientras se hace el solomillo cortamos los pimientos y salteamos con aceite, ajo, sal y pimienta, sacamos los solomillos del horno cortamos en medallones, y cubrimos con la salsa de almendras, acompañamos de los pimientos salteados, decoración al gusto.

La leyenda

Los almendros de Medina Azahara

La leyenda de los almendros de Medina Azahara cuenta que el poderoso califa Abd al-Rahman III ordenó construir esta bella ciudad, conocida en su época como la perla de Al Ándalus, sobre la ladera de Sierra Morena, en las cercanías de Córdoba.

Abd al-Rahman se enamoró en Granada de una bella muchacha llamada Azahara , y que pronto se convirtió en su preferida. Para demostrarle el amor que sentía por ella, ordenó la construcción de una ciudad palatina Medina Azahara (en honor a su nombre) y para ello contrató a los mejores arquitectos y artesanos, compró los materiales más preciados, maderas, mármoles, azulejos; mandó construir hermosos jardines con flores y plantas traídas desde todos los rincones del mundo, los pobló con hermosos pájaros y mandó que en ellos creciesen árboles de exóticos frutos. Telas y muebles, comprados a los mercaderes más prestigiosos adornaban las estancias de la favorita Azahara, todo lo hizo el califa por su amor.

Nada de esto, sin embargo, parecía contentar a bella dama Azahara que día tras día, Abderramán la veía llorando en la Medina. Le preguntó el motivo de su tristeza y qué debía hacer para contentarla, Azahara le respondió que a su tristeza el Califa no podría ponerle remedio pues lloraba por no poder contemplar la nieve de Sierra Nevada, él le respondió;

- "Yo haré que nieve para ti en Córdoba".

Inmediatamente mandó talar un bosque situado frente a la Medina y replantarlo de almendros muy juntos unos de otros y cada primavera, cuando los almendros abrían su flor blanca, la nieve aparecía en Córdoba sólo para su amada Azahara, que no volvió a llorar.

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