Xavier Riera y David Candelich no se conocían de nada. El primero era profesor de educación primaria, y el segundo trabajaba profesionalmente en el mundo del circo, pero una idea artística les unió. Juntos, consiguieron dar lugar a una de las mejores imágenes de Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia del mes de febrero, el sol acrobático.

Acrobacias de David Candelich (@davidcandelich) en la puesta de sol del Vallès Oriental, una de las mejores fotos del lector de La Vanguardia en febrero.
¿Podéis contar algo sobre vosotros?
Xavier: Tengo 44 años y soy profesor de educación primaria. Llevo unos 14 o 15 años muy aficionado a la fotografía, pero de momento es un hobby, sí que hago alguna sesión remunerada, pero es más un pasatiempo. Cuando era pequeño, me pasaba horas mirando los álbumes de fotos familiares. Desde que apareció Instagram, que al principio era sólo una red social de fotografía, comencé a ver trabajos de otros fotógrafos que me interesaban y, después, también salieron aplicaciones que permitían relacionar la astronomía con el mundo de la fotografía y eso fue lo que más me llamó la atención, lo que ahora estoy intentando trabajar más. El sol, la luna, las estrellas… Todo eso me encanta.
David: Yo tengo 40 años y me dedico profesionalmente al mundo del circo desde hace 14 años. Hace alrededor de 12 fundé una compañía junto a Jordi Mas que se llama Circ Vermut y trabajamos a nivel de Catalunya y España, ya sea en fiestas mayores, teatros, salas pequeñas… Principalmente trabajamos en el ámbito catalán. Cuando actuamos, no llevamos carpa, montamos nosotros la escenografía, pero nada más. Actualmente, tener un circo es muy complicado, por eso siempre nos hemos dedicado más a espectáculos de un sólo día. A parte de mi faceta profesional, también me dedico a enseñar las artes del circo en la escuela especializada de Barcelona, la Rogelio Rivel.
Me pasaba horas mirando los álbumes de fotos familiares
Vuestra fotografía del sol acrobático ha sido seleccionada como una de las mejores del mes de febrero. ¿Cómo os sentís con ello?
Xavier: A mí me llena, me hace ilusión. Yo la mandé a La Vanguardia sin ninguna pretensión, pero me alegra también que David pueda mostrar lo que hace.
David: A mí me flipa. Me hacen fotos y vídeos constantemente, pero sin más. Aquí se ha ido más allá. Cuando veo la foto, me gusta mucho ver cómo estoy yo con el sol más alto, pero después también aprecio la técnica, la parte profesional. Hoy en día se podría hacer con una IA, sí, pero él y yo no lo hicimos así. Esta fotografía es auténtica, y hoy en día faltan cosas auténticas.
Xavier: Ese era el momento perfecto, un disparo. Lo hice, miré a la cámara, y cuando vi que nos había salido, fue impresionante.

David Candelich se mantiene encima de la torre de sillas.
Lo hice, miré a la cámara, y cuando vi que nos había salido, fue impresionante
¿Habíais colaborado antes juntos?
Xavier: No. De hecho, nos conocemos porque yo me puse a buscar un artista y lo encontré a él en Instagram, entonces le contacté, le enseñé trabajos míos y aceptó mi propuesta.
David: A mí al final me llegan muchas peticiones así, porque al trabajar en el circo y subir vídeos y fotos de lo que hago a las redes, llama la atención, pero siempre suelo decir que no. En cambio, lo de Xavi era algo auténtico, me flipó. Tenía ilusión por hacer esto, y además no hacía montajes ni nada, por lo que le dije que sí.
Xavier: Y sin remuneración económica. Colaboramos, yo hice la foto y él la parte de la acción. Esto estaba planificado, no es una foto sencilla, sino lo contrario, son fotos complicadas de realizar, y a nosotros nos salió a la primera.
¿Cómo surgió la idea de hacer esta foto?
Xavier: Sigo a un compañero fotógrafo de Madrid que hace muchas siluetas con el sol detrás. Había hecho algún número acrobático, pero no de esta magnitud que hemos hecho nosotros. Yo tenía la idea de hacer que una acrobacia saliese dentro del sol, por eso me puse a buscar a alguien que se dedicase a ello, hasta que encontré a David.
David: Me gustó lo que me propuso. Al dedicarme al circo hago cosas muy complicadas, y Xavi me propuso una cosa que era más difícil todavía, y eso es lo que me gusta, así que acepté de primeras. Cuánto mayor sea el reto, mejor.
Hago cosas muy complicadas, y Xavi me propuso algo más difícil todavía, acepté de primeras
¿Podríais contar cómo fue su planificación y su proceso de realización?
Xavier: Lo planifiqué con una aplicación de móvil que se llama Photopills. Si estoy en un punto X y el sujeto al que le voy a realizar la foto está en un punto Y, la app me ayuda a saber si el sol pasará por donde quiero, a qué minuto lo hará, a qué altura estará el sol respecto al sujeto… Esto me ha facilitado mucho las cosas a la hora de hacer la imagen. Sin la aplicación sería una constante situación de ensayo - error, casi imposible de hacer, diría.
David: Yo fui sin saber mucho lo que me encontraría. Le había enseñado ejemplos de lo que yo hacía y vimos que con las sillas podía quedar algo chulo. Ese día llegué, colocamos todo y empezamos con la acción, porque tampoco teníamos mucho tiempo. Puse el móvil en modo altavoz y él me daba las indicaciones a más de 300 metros de distancia. Fue todo muy rápido. Sí que es cierto que Xavi tenía todo estudiado, ya fuese el terreno y los demás factores con la aplicación, pero lo que concierne a la parte de la acción no ensayamos ni practicamos nada, fue todo al momento.
Xavier: Entre unas cosas y otras, íbamos con el tiempo muy justo. Conseguimos hacer la foto en un intervalo de 15 minutos.

Muestra de la distancia a la que se encontraban Xavier Riera y David Candelich a la hora de realizar la imagen.
Puse el móvil en modo altavoz y Xavier me daba las indicaciones a más de 300 metros de distancia
¿La distancia es un elemento tan importante?
Xavier: Sí, porque a medida que yo me voy más para atrás, el sol se ve más grande. En este caso, cada 100 metros que yo me separaba de David, tenía un metro más de sol. Estábamos a 300 metros, por lo tanto tenemos en la fotografía un sol de tres metros de altura junto a David. Por eso no me salió toda la estructura que montó con las sillas, porque haciéndola bien en vertical, eran más de tres metros. Necesitaba echarme 100 metros más para atrás, pero había un barranco, por eso no pude.
David: Pero salió algo muy chulo. Yo en ese momento no veía nada. Estaba de espaldas y era de día. Es un proceso un tanto complejo, pero a mí ya me sirvió de entrenamiento, ya estoy preparado para la siguiente.
¿Qué buscabais transmitir con esta foto?
Xavier: No buscábamos nada. Sorprender, quizás, pero ha sido más disfrutar del rato y cumplir con un reto.
¿Qué os transmite a vosotros esta fotografía?
Xavier: Adrenalina. Me transporta a ese momento en el que sentí la euforia porque nos había salido.
David: A mí ya no es sólo la foto. Me gustó mucho sentir la ilusión que tenía Xavi. Ver que yo podía aportar y que entre los dos podíamos construir algo bonito, diferente e incluso difícil, me llenaba.

Otra de las fotos del sol acrobático.
Ver que entre los dos podíamos construir algo bonito, diferente e incluso difícil, me llenaba
¿Tiene mucha edición esta imagen?
Xavier: Tiene un poco de recorte, retoqué un poco el brillo, algún parámetro o balance de blancos, alguna luz para que se viese él más negro, pero en verdad casi nada. Lo que sí que llevaba la cámara es un filtro ND, para que no se me quemase el objetivo de la cámara a la hora de disparar cara al sol.
Los dos os dedicáis al mundo del arte, aunque en diferentes ámbitos. ¿Cómo lo percibís? ¿Qué significado tiene para vosotros la fotografía o el arte acrobático?
David: Me gusta mucho ponerme a prueba y arriesgar, entonces, el mundo acrobático me da esa parte de superarme y buscar lo más difícil, es la adrenalina que necesito en mi día a día, lo que me pide mi persona.
Xavier: La fotografía para mí es una manera de emocionarme e intentar emocionar a los demás, transmitir sensaciones. Cuando veo alguna foto que llevaba meses pensando y planeando, me emociono. Igual pasa que quieres realizar una imagen concreta con la luna, lleva mucho tiempo de planificación, y al final no la puedes hacer por las condiciones meteorológicas. Pero ver que al final has conseguido sacarla, conmociona. Que la foto también le guste a la gente, me llena.
El mundo acrobático me da esa parte de superarme y buscar lo más difícil, es la adrenalina que necesito en mi día a día

La torre de sillas medía un total de 4 metros.
La fotografía para mí es una manera de emocionarme e intentar emocionar a los demás, transmitir sensaciones
Si volvierais a colaborar, ¿qué tipo de reto os gustaría plasmar?
David: Para la próxima me gustaría que hiciésemos una imagen de la rola bola. Son tubos en equilibrio, y es la disciplina a la que más tiempo le dedico.
Xavier: A mí me gustaría hacer el mismo número, pero con luna llena y desde una distancia más lejana, para que así salga todo. En el caso de la luna es una foto más compleja, hay mucha menos luz, se tiene que disparar a velocidades más lentas, David tendría que estar muy estático… Tiene muchísima técnica.
¿Cuál es la clave principal de esta foto?
Xavier: La planificación, coordinación y comunicación. El hecho de que no nos conociésemos de antes y hayamos conseguido esto, es increíble, como si hubiese sido magia.
David: Para mí es la autenticidad de hacer algo así en un instante. Sólo tenemos unos minutos en un sitio concreto a una hora concreta y sin fallos, y lo hicimos a la primera.
Mandasteis esta imagen a la sección de Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia. ¿Qué os llamó a participar?
Xavier: Yo soy lector de La Vanguardia desde siempre, y mi padre es periodista y me animaba a mandar fotos, pero no lo hacía. En este caso había una particularidad, David y yo la sacamos sin conocernos de nada, y eso fue lo que me empujó a mandarla definitivamente, y fue mi padre quien me avisó de que la habían publicado; le hizo ilusión a él también.
¿Os gustaría añadir algo más?
David: Le diría a los lectores que hay que vivir el día a día y que, si tienes curiosidad por probar algo, no lo dejes en una cosa que podrías haber hecho, inténtalo.
Xavier: Diría que, a veces, hay magia.