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El alcohol, la epidemia crónica australiana

Lectores Corresponsales

Australia ha podido controlar la Covid, también ha reducido el tabaquismo, pero los excesos con la bebida, no

Zona libre de consumo de alcohol en Wagga Wagga, Australia.

ebenart / Getty Images/ iStockphoto

Australia es uno de los países que mejor ha manejado la pandemia de la Covid. Prácticamente, no hay casos de transmisión comunitaria en el país.

Por esta razón, las fronteras australianas siguen cerradas para los turistas. Solo ciudadanos y residentes permanentes australianos pueden regresar al país.

Toda persona que ingresa a Australia debe realizar una cuarentena obligatoria en hoteles custodiados por la policía para evitar que el virus se propague por la comunidad, como ocurrió en el estado de Victoria unos meses atrás.

Allí, la cuarentena era controlada por empresas de seguridad privada, que no tuvieron suficiente cuidado y propagaron el virus en este estado.

Interior de un bar de Brisbane durante la pandemia de la Covid.

Patrick Hamilton / AFP

Pero hay otra epidemia que Australia no puede controlar, el consumo excesivo del alcohol"

Según la Fundación Australiana de Investigación y Educación sobre el Alcohol (FARE), organización sin fines de lucro de lucha contra los efectos nocivos del alcohol, los australianos sufren el impacto diario de heridas, violencia, desórdenes en el espectro del alcoholismo fetal y de enfermedades crónicas, como el cáncer, debido al consumo excesivo del alcohol.

En la última encuesta realizada por esta organización, se relevó que un 79% de la población australiana consume alcohol, y, de ellos, un 28% toma con el objetivo de emborracharse al menos una vez al mes.

Este es el gran diferenciador con la cultura alcohólica de otros países. En Australia, el objetivo de salir a divertirse es el de terminar borracho. Y es aceptado socialmente.

Ambiente en una zona de bares de Melbourne.

Adam Calaitzis / iStock

Otra investigación muy interesante es la realizada por el profesor Mike Reid, de la universidad RMIT de Melbourne. En esta investigación se expone que el alcohol es una parte intrínseca de la cultura australiana y juega un rol central en la vida social.

El consumo excesivo del alcohol es aceptado en casi todas las reuniones sociales, desde casamientos a eventos deportivos, e incluso en funerales. 

Hay muy pocas ocasiones donde beber alcohol no es promovido"

La investigación concluye que los mensajes enfocados en las consecuencias negativas del alcohol en los grupos de riesgo tienen poco impacto. 

La aceptación social del consumo excesivo del alcohol debe ser desafiada a nivel individual y cultural, promoviendo herramientas y recursos a nivel individual para tomar responsablemente y ser socialmente aceptados.

Valle del vino en la región de Barossa, Australia.

Terceros

El primer bar sin alcohol

Uno de estos recursos podría ser la promoción de bares completamente sin alcohol, que están proliferando en varias ciudades del mundo. 

El primero en Australia abrirá sus puertas en Melbourne en un par de semanas"

Según la Oficina de Estadísticas Australiana (ABS), la cantidad de alcohol consumida en Australia está en descenso desde el 2008, ya que en ese año se aumentó el impuesto a varias bebidas alcohólicas y comenzaron campañas estatales para reducir el consumo de alcohol (Dry July, Feb Fast y Oct Sober).

Aunque, según un estudio de la Universidad Nacional Australiana (ANU), el consumo de alcohol ha aumentado por causa de la pandemia de la Covid-19 (el último estudio del ABS es del año 2019, por lo que la estadística del consumo del alcohol en tiempos de la Covid-19 no ha sido presentada aún).

Una copa de vino blanco junto a vasos de cerveza en un bar en Brisbane, Australia.

Ruben Mario Ramos / iStock

Si bien el consumo está en descenso según el ABS, esta disminución es gradual. Ni siquiera el elevado precio del alcohol (un vaso de 400 ml de cerveza en un pub australiano suele costar alrededor de 15 aud, es decir, unos 10 euros) o las restricciones a la venta (los supermercados no venden alcohol, solo tiendas especializadas llamadas bottle shops) ayudan a cambiar la cultura alcohólica australiana.

Incluso el Consejo Nacional de Salud e Investigación Médica (NHMRC) australiano recomienda uno de los límites al consumo más altos a nivel mundial. 

Para reducir el riesgo de daños por el alcohol sugiere no tomar más de 4 copas standard de alcohol en un día y no más de 10 a la semana (una copa standard representa 100 ml de vino o 425 ml de cerveza ligera, por ejemplo), sin diferenciar entre hombres y mujeres. 

El ministerio de Sanidad español sugiere un límite mucho menor que Australia: una copa standard para las mujeres o dos para los hombres, aunque no habla de un límite semanal.

Restricciones de consumo de alcohol en Cherbourg, Australia.

Lakeview_Images / iStock

La sociedad australiana puede enorgullecerse de haber frenado la pandemia en Australia, y de haber reducido drásticamente el uso del tabaco (es muy raro ver personas fumando gracias a las campañas de publicidad, subida de impuestos y prohibiciones de fumar en lugares públicos).

Pero, en el caso del exceso del consumo de alcohol, es un desafío que la población australiana probablemente no está preparada para aceptar.

La mayoría de los australianos no reconoce que es un problema el ver a numeroso personal de las oficinas tambalearse a la salida de los pubs los viernes a las 6 de la tarde, o adolescentes vomitando por las calles en las noches de viernes y sábados, escenas cotidianas en todas las ciudades australianas.

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