Cómo Marie Curie llegó a ser superwoman
Lectores Corresponsales
El libro ‘La ridícula idea de no volver a verte’, de Rosa Montero, abre la reflexión sobre esta científica con dos premios Nobel que realizó sus logros en ‘un mundo de hombres’
Hace poco llegó a mis manos el maravilloso libro ‘La ridícula idea de no volver a verte’, de Rosa Montero. Se cuenta la vida de Marie Curie (Varsovia, 7 de noviembre de 1867- Passy, 4 de julio de 1934), intercalada con la de la escritora.
Una novela con mucha información antes no contada sobre esta científica y las dificultades que tuvo que superar para poder conseguir sus objetivos.
Marie Curie nació en Polonia, un país que en ese momento estaba sometido por la Rusia zarista y que no permitía tener estudios superiores a las mujeres.
Logros
Dos premios Nobel
Esta científica desarrolló la teoría de la radioactividad, fue la primera profesora en la Sorbona, obtuvo dos premios Nobel —Física y Química— y descubrió dos elementos químicos (el polonio y el radio).
Todo esto parece muy fácil de escribir y aún más fácil de leer, pero lo cierto es que la vida de Marie Curie estuvo marcada por la escasez económica, la muerte de familiares cercanos y una lucha continua por sacar sus investigaciones adelante.
Aún así, Curie fue en contra de una época en la que las mujeres eran como los gatos; para la casa y encerrados.
En cuanto al terreno personal, Curie tuvo la suerte o coincidencia de conocer a un hombre que valoró y apoyó su trabajo en su carrera como fue Pierre Curie.
Aún así, Marie escribió en su diario la difícil tarea de ser madre, cuidar de un hogar y estar dedicada al mismo tiempo a su trabajo. Porque Pierre era muy buen hombre, pero de las tareas de la casa y las hijas se encargaba Marie, no nos pasemos de modernos.
Conciliación
Esposa, madre y científica
Marie sabía, al igual que muchas mujeres, que el amor no es suficiente; que se necesita más para poder ser una persona totalmente realizada y no por tener hijas o un marido iba a dejar de lado su trabajo. Se convirtió en una superwoman que llevaba la carga de su hogar y una importante investigación que quería lograr.
Por otro lado, al difícil reto de ser madre y mujer trabajadora, la sociedad científica compuesta en su mayoría por señores rancios (probablemente, celosos y amenazados por la mente tan maravillosa de Marie), aprovechaban cualquier ocasión para desmejorar y despreciar el trabajo de la científica.
Y aunque supongo que Marie tendría sus bajones con tanto comentario negativo, ella sabía que lo que esos hombres poco respetables hablaban de ella no era cierto y que el camino se hace andando.
Con toda esa carga, la inesperada muerte de su esposo años más tarde y dos hijas pequeñas a su cargo, Marie siguió con sus propósitos hasta conseguir todas y cada una de sus metas. ¡Brava Marie!
Confianza
Una mujer con gran determinación
Del libro de Rosa Montero me quedo con la determinación con la que Marie quería conseguir sus metas profesionales. Porque esa era la ruta que había marcado y ese era el objetivo que iba a conseguir. No importaba el tiempo que le llevara o las difíciles críticas que tendría que soportar, ella había descubierto el radio y el polonio y siempre supo que su cerebro valía oro.
Aunque la historia de Marie Curie tenía que haber sido un ejemplo a seguir para las próximas generaciones, los pasos que se han dado en cuanto a igualdad han sido demasiado pequeños.
He conocido a muchas mujeres con la misma capacidad intelectual que tuvo Marie Curie. Lamentablemente, no todas han podido lograr una realización personal en su vida; el patriarcado, los roles de género, la carga de los hijos y la carga mental, hacen que tus metas personales se coloquen en un segundo plano.
Ahora me doy cuenta del hartazgo y la “histeria” totalmente justificado de muchas mujeres en sus casas. Cuando vives por y para los demás y sin ninguna meta personal, tu vida es monótona y sin sentido. Esto es terrorífico y te destruye como ser humano.