Los jeroglíficos de la naturaleza, ¿qué nos dicen?
Las Fotos de los Lectores
La doctrina de las signaturas se basa en un lenguaje cifrado de la Naturaleza lleno de signos y símbolos
Líneas creadas por las gotas de la lluvia.
* La autora forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
La maravillosa lluvia otoñal que últimamente ha caído en el monasterio de Pedralbes de Barcelona, me ha inspirado para captar estas imágenes en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia de sus formas proyectadas sobre unos los cristales.
Estas instantáneas remiten al concepto de los jeroglíficos de la naturaleza, que nos revela a través de los símbolos sus formas y significados. Siempre nos sorprende su belleza en cualquiera de sus manifestaciones.
Jakob Böhme (1575 - 1624) fue un filósofo, místico cristiano y teólogo protestante luterano alemán, autor del libro De signatura rerum (1621), donde nos viene a decir que la Naturaleza entera es el lenguaje de Dios, y cada ser particular es, en cierto sentido, una palabra de ese lenguaje, una palabra que se presenta bajo la forma de un signo, de una figura, que se corresponde a lo que Dios expresa en la Naturaleza. Muchos de sus contemporáneos dentro de la tradición luterana lo consideraban un pensador original.
Gotas de la lluvia en un cristal.
Böhme se basó en parte en la doctrina de las firmas (signaturas). A partir del siglo XVII creció el interés por el lenguaje de la Naturaleza, que se basa en los signos y símbolos, representados por las formas de los diferentes seres. La Naturaleza compone así un poema cifrado, que se representa con signaturas (como jeroglíficos).
El término “signatura” apareció con Paracelso (alquimista, médico y astrólogo suizo) y Della Porta (filósofo, alquimista, comediógrafo e investigador italiano). Estos signos revelan las propiedades (especialmente, medicinales), de las plantas, gracias a la analogía de la forma exterior de estas plantas con la forma exterior de las partes del cuerpo humano.
En realidad, la doctrina de las signaturas se originó en la Antigüedad, en la época de Dioscórides y Galeno. Establecía que los herbolarios podían utilizar hierbas que se asemejan a varias partes del cuerpo para tratar dolencias en esas partes del cuerpo. Una justificación teológica, como afirman botánicos como el inglés William Coles (1626–1662), era que Dios habría querido mostrar a los hombres para qué serían útiles las plantas. Hoy en día, se considera una pseudociencia.
Signaturas creadas por las gotas de la lluvia.
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