* La autora forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
En Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia vemos imágenes de tres fenómenos meteorológicos en una misma tarde en Manlleu (Osona). Tormenta con rayos. Puesta de sol como si se tratara de una aurora boreal con lluvia, provocando la aparición de un arco iris.
Las tormentas de verano pueden dar pie a estas poderosas descargas eléctricas naturales de electricidad estática y ofrecernos un auténtico espectáculo de luz y sonido en el cielo, como si fueran fuegos artificiales.
El rayo es una poderosa descarga eléctrica natural de electricidad estática, producida durante una tormenta eléctrica, que genera un pulso electromagnético.
La descarga eléctrica precipitada del rayo es acompañada por la emisión de luz (el relámpago), causada por el paso de corriente eléctrica, que ioniza las moléculas de aire, y por el sonido del trueno, desarrollado por la onda de choque.
La electricidad (corriente eléctrica), que pasa a través de la atmósfera, calienta y expande rápidamente el aire, produciendo el ruido característico del trueno.
Por su parte, un arcoíris o arco iris es un fenómeno óptico y meteorológico que consiste en la aparición en el cielo de un arco (en ocasiones, dos o más) de luz multicolor.
Si bien el arcoíris es un gradiente continuo de colores espectrales, se considera que éstos pueden definirse en siete colores fundamentales: rojo, naranja, amarillo, verde, cian, azul y violeta, los cuales equivalen a los mencionados por el científico Isaac Newton en 1704.
Está originado por la descomposición de la luz solar en el espectro visible, la cual se produce por refracción, cuando los rayos del sol atraviesan pequeñas gotas de agua contenidas en la atmósfera terrestre.
Es un arco compuesto de arcos concéntricos de colores, sin solución de continuidad entre ellos, con el rojo hacia la parte exterior y el violeta hacia el interior.
Menos frecuente es el arcoíris doble, que vemos en este caso en Manlleu, y que incluye un segundo arco más tenue con los colores invertidos, es decir, el rojo hacia el interior y el violeta hacia el exterior.
Otro fenómeno son los rayos anticrepusculares, que son similares a los crepusculares, pero vistos en el lado opuesto al sol en el cielo.
Los rayos anticrepusculares son casi paralelos, pero aparecen para converger en el punto antisolar, debido a la perspectiva lineal. Son visibles con más frecuencia a la salida o puesta de sol.
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