¿Conoces el origen del beso?
Las Fotos de los Lectores
Civilizaciones clásicas utilizaban ya besarse como convencionalismo social o como práctica sexual, aunque se cree que es una combinación cultural entre Grecia e India
Francisco Jordan Molina ha compartido en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia una fotografía de una pareja besándose en la calle en Terrassa (Barcelona) en un día lluvioso. “Un día gris, un beso de colores”, titula así el autor su instantánea.
“Tomando un café por la mañana, desde la terraza de un bar, entre tantos grises destacó un paraguas de colores”, explica el lector, “saqué mi cámara y capté el beso de esta parejita”.
La imagen ha dado pie a reflexionar sobre el acto de besarse. De hecho, ¿sabemos cuál es el origen del beso?
Diversas civilizaciones del periodo clásico utilizaban el beso como práctica sexual o como convencionalismo social. En la cultura babilónica, concretamente en el relato creacionista ‘Enûma Elish’, se menciona el beso como una práctica social relacionada con el saludo, la súplica y el arrepentimiento.
En las culturas afroasiáticas se utilizaba el beso como símbolo de amor o afecto, tal como se enuncia en distintos pasajes bíblicos que relatan las historias de Jacob y Judas Iscariote.
En la Grecia y la Roma del periodo clásico se expande el significado del beso como una expresión de amor o afecto debido a la expansión de sus imperios a lo largo de Europa y Asia.
En algunos escritos de la época como la ‘Odisea’ y los escritos de Catulo y Ovidio se hace referencia al beso como símbolo de afecto, amor o admiración.
Los romanos distinguían por lo común tres clases de besos con estas tres palabras: osculum, basium y suavium. La primera pertenecía a la etiqueta, la segunda a la amistad y la tercera al amor”
Se ha perdido la costumbre romana de besarse uno su propia mano y extenderla después a la persona o estatua a la que se quería honrar o saludar: lo hacían a las estatuas de dioses y de emperadores y a aquellas personas a las que respetaban.
Asimismo saludaban así los artistas para dirigirse al público: flautistas, cantores y mimos lo hacían al presentarse en los teatros, doblando al mismo tiempo la rodilla izquierda al inclinarse, y en el circo los aurigas se besaban la mano con que llevaban el látigo o incluso el propio látigo para saludar al pueblo. Curiosamente, hoy en día, podemos ver cómo muchos futbolistas de élite se besan el puño cuando marcan un gol.
Cuando dos romanos conocidos se encontraban en la calle se besaban en la frente y también en la boca; Marcial lamentaba en sus ‘Epigramas’ lo que calificaba de costumbre incómoda.
Los parientes, aunque de diverso sexo, se besaban igualmente al encontrarse; y por esto Propercio echaba en cara a su amiga el sin número de parientes que tendría si atendía a los muchos que la besaban.
Pero hay que indicar que los romanos solían besar a los niños y a sus amigos de una manera particular: cogiéndoles los lóbulos de las orejas; es el llamado “beso del cántaro”.
El beso también puede ser apreciado en el folclore y la mitología tradicional griega en relatos como la historia de Pigmalión y Galatea.
Una teoría sobre la expansión cultural en la utilización del beso como práctica sexual sugiere que el beso es originado en la cultura india y que es importado a territorio europeo en el periodo clásico por a la invasiones de Alejandro Magno”
Se sugiere que el beso es producto de una combinación cultural entre Grecia e India durante las campañas militares índicas de Alejandro en el año 326 a. C.
Algunas tradiciones clásicas incluían el besarse frente a un grupo de personas para formalizar una unión matrimonial entre dos personas; comportamiento que ha sido modificado a través de los siglos hasta transformarse en el beso utilizado en las uniones matrimoniales actuales para marcar fidelidad y devoción hacia la pareja.
Otro comportamiento tradicional del periodo clásico es el besar un contrato para señalar conformidad, derivando en la tradición de “sellar los contratos con un beso” que perduraría hasta la Edad Media.
En la Edad Media, el beso retoma diferentes significados que involucraban el respeto y la admiración”
Los musulmanes besaban en un hombro en señal de respeto.El beso en el hombro musulmán se efectúa aún en la actualidad cuando la persona objeto del mismo es de alta dignidad o, por ejemplo, un miembro de la familia real saudí, y es una costumbre que demuestra el respeto que se tiene por esa persona.
Los cristianos, por el contrario, besaban por respeto o saludo a personas de estamento social distinguido (nobles o eclesiásticos) en la mano, en los pies, en los cordones del hábito o incluso en las joyas que llevaban, práctica utilizada antiguamente para dirigirse a los miembros de la realeza y la aristocracia.
Ya más avanzado el tiempo, en el periodo de la Revolución Industrial se globaliza la idea del beso como símbolo de cortesía y es cuando retoma su papel como un elemento en la estimulación sexual y como símbolo del amor entre dos personas.
La explotación del beso en el Romanticismo fue frecuente debido a que el beso dejó de representar una “práctica privada” y pasó a convertirse en un elemento estético”
El siglo XX estuvo marcado por la sexualización de los medios durante las primeras décadas del siglo. Como un factor determinante en la globalización y publicación del beso, se encuentra la introducción de los temas lascivos en los medios masivos de la cultura popular.
Así se comenzó a utilizar al beso como un elemento lascivo en la publicación de distintas artes como la literatura, la pintura, el drama y el cine, todos ellos enfocados al consumo y gusto popular.
En el siglo XXI, un beso es una práctica sexual ligera comparada con otro tipo de material erótico contenido en diversos medios de distribución masiva.
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