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Trump, Goya, Putin y el Coco

El Burladero del Lector

'El Burladero' satírico regresa a 'La Vanguardia' en versión digital y de la mano de los lectores

Uno de los grabados goyescos de la serie 'Los Caprichos' ya nos advertía de cómo los mandatarios se podrían aprovechar del infantilismo de la población adulta y de la falta de pensamiento crítico como en este siglo XXI

Grover, un entrañable personaje de los Muppets del programa de televisión infantil Barrio Sésamo es un monstruito adorable, lindísimo y peludito, que en España conocemos como Coco. Lo que debería darnos miedo (un monstruo) en realidad nos hace pasar un buen rato, especialmente, a los niños y niñas. Pero, en nuestro imaginario de adultos, cuando los monstruos nos acechan también los revestimos de un disfraz de adorable Coco. 

De ahí que sean los Vladímir Putin o los Donald Trump los que aspiren a dominar nuestro mundo. Porque la mejor táctica frente al terror es fomentar el infantilismo, es decir, tratar al conjunto de la población como si fueran niños y niñas y no adultos capaces de pensar por sí mismos y, por lo tanto, más difíciles de engañar. Es así como se entiende que, en las últimas semanas, se esté produciendo un bombardeo constante de mensajes por parte de mandatarios de toda índole llamando a que los países se rearmen porque una gran guerra se avecina. 

Esta táctica del "que viene el Coco" da resultados. Desayunamos un día con titulares que nos dicen que Trump “animaría” a Rusia a atacar a los aliados de la OTAN que no cumplen con sus gastos de Defensa y, al día siguiente, sabemos que más de la mitad de los países de la Alianza ya cumplirán con el 2% del PIB para armar sus ejércitos. "Europa debe fabricar más munición y más armamento", ha proclamado Arancha González Laya, decana de la Paris School of International Affairs de la universidad Sciences Po y exministra de Exteriores española. 

Esta matraca de infantilismo acostumbra a utilizar un lenguaje peliculero, siempre falto de contexto o información. Veamos un ejemplo claro: El jefe del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Mike Turner, ha alertado esta semana de la existencia de una "amenaza seria para la seguridad nacional" relacionada con "una capacidad extranjera desestabilizadora". Es decir, que viene el Coco, pero no sabemos ni cómo, ni cuándo, ni dónde, ni quién es ni por qué. Lo importante es que queden en el imaginario de la población palabras claves como "amenaza" o "seguridad". Y, entonces, horas después llega la segunda parte. La Casa Blanca confirma que Rusia ha desarrollado armamento antisatélite, pero no desclasifica la información, sino que el portavoz del Consejo de Seguridad, John Kirby, se limita a asegurar que el sistema nuclear aún no está activo, pero es "preocupante". Esta última palabra es clave para dar el mensaje principal que se quiere transmitir: "Que viene el Coco".

Obra de Ramon Ojeda sobre la guerra: "Parad, por favor".

Ramon Ojeda

En realidad, todo está conectado. Si fabricamos ciudadanos con menos capacidad para pensar y hacerse preguntas es más fácil que unos pocos lleven las riendas del mundo para favorecer siempre a los mismos. Acabamos de darnos cuenta, según una alerta lanzada por los académicos, que los universitarios españoles no leen textos complejos y que el "pensamiento crítico" está en peligro. Pero, ¿realmente interesa que los jóvenes piensen?... En Rusia, hemos visto cómo la muerte en prisión del opositor Alexéi Navalni simbolizaba la defunción de este "pensamiento crítico", pero, ¿seguro que no es una constante que se repite en otros países de una forma u otra y en mayor o menor medida?

Quien ya se dio cuenta de ello siglos atrás fue el pintor Francisco de Goya (1746 - 1828), quien, entre sus obras, nos dejó el aguafuerte Que viene el coco, un grabado de 1799 de la serie Los Caprichos en el cual dejaba claro (¿quizás fue una advertencia?) que era un grave error en la educación de los niños y niñas que los padres asustaran a sus hijos e hijas con fantasmas y seres que no existen. Consideraba que este tipo de supersticiones absurdas luego los iba a dominar toda la vida. El pintor aragonés, desde la perspectiva de un artista ilustrado, puso de manifiesto con esta obra la importancia de la educación, es decir, el pensamiento crítico, eso que los Trump, Putin y otros mandamases de este siglo XXI amantes del infantilismo quieren evitar a toda costa. Pero no solo ellos, cualquiera con poder puede ejercer la misma táctica.

En una canción del siglo XVII, en la que se alude al personaje del Coco, la letra dice lo siguiente: "Duerma y sosiegue/ que a la fe que venga el coco/ si no se duerme". Aplicado a la actualidad, nos están diciendo que la única manera de dormir tranquilos es rearmarnos, aunque las posibilidades de una guerra puedan aumentar precisamente cuantas más armas haya a punto para disparar. ¿Volverá Trump a presidir Estados Unidos?... Que viene el Coco... ¿Putin invadirá algún país de la OTAN?... Que viene el Coco... Y así se van entrelazando los temores y supersticiones para que, precisamente, quizás pase lo que se querría evitar. 

En los manuscritos sobre el significado de Los Caprichos se hacen varias aclaraciones acerca del significado del grabado goyesco Que viene el coco. En el del Museo del Prado se dice que esta obra representa "el abuso funesto de la primera educación. Hacer que un niño tenga más miedo al Coco que a su padre y obligarle a temer lo que no existe". En el manuscrito de Ayala (que, por cierto, nada tiene que ver con el autor de este artículo de El Burladero del Lector de La Vanguardia) se apunta que Goya ha representado cómo "las madres meten miedo a sus hijos con el Coco para hablar con sus amantes". En el mismo sentido se expresa el manuscrito de la Biblioteca Nacional: "Las madres tontas hacen medrosos a los niños figurando el Coco; y otras peores se valen de este artificio para estar con sus amantes a solas cuando no pueden apartar de si a sus hijos". Sea como sea, el Coco siempre es una cortina de humo para despistar, atemorizar y conseguir un objetivo egoísta. Si se le hace eso a un hijo o a una hija, ¿qué no hará un mandatario sin escrúpulos con su pueblo?... Pues eso, que viene el Coco.

El Burladero del Lector se elabora con los contenidos aportados por los lectores de La Vanguardia. Si quieres participar con tus dibujos o fotografías relacionados con la actualidad, puedes escribir al correo participacion@lavanguardia.es ■ ¿CÓMO PUEDO PARTICIPAR EN LA COMUNIDAD DE LA VANGUARDIA?