* La autora forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
Cómo no recordar a Víctor Jara cuando se han cumplido 50 años de su asesinato. Como cantautor, participó en la construcción de un mundo más justo. Cuando yo era estudiante escuchaba las canciones que cantaba y algunas de ellas siguen fijas en mi mente. Te recuerdo Amanda; Duerme, duerme negrito y otra que estaba en su disco “Pongo las manos abiertas, A desalambrar. Ésta última, aunque compuesta por el cantautor uruguayo Daniel Viglietti, siempre la había oído en boca de él.
La primera de estas canciones fue escrita por Víctor Jara y no sonó sólo como una simple melodía, sino que se convirtió en un símbolo de la lucha de clases, llamando a la unidad del pueblo chileno en medio del toque de queda. Se trata de la historia de amor de una pareja de obreros de una fábrica. He leído que se inspiró para escribirla en sus padres, Amanda Martínez y Manuel Jara.
Sin detenerme mucho en la letra, cada vez que la escuchaba me parecía muy hermosa y llena de sentimiento. Recuerdo especialmente estas frases: "Son cinco minutos. La vida es eterna en cinco minutos…"
Creo que se refería a que eran suficientes esos cinco minutos para querer de verdad y adentrarse en el umbral del amor. Una metáfora preciosa, sencilla y profunda a la vez.
La popular canción de cuna Duerme, duerme negrito, recopilada y cantada al principio por Atahualpa Yupanqui, fue otra de las grandes interpretaciones del cantautor chileno. Me entusiasmaba oír cómo cantaba unas estrofas que trataban de la vida de una mujer que, fuera del hogar y durante largas jornadas, debía de trabajar para poder vivir ella y su hijo.
Al escuchar esta nana podía percibir un contenido social y humano, al tiempo que me transmitía una gran calidez. Me impactaba especialmente la siguiente estrofa: No le pagan, sí/ Duramente, sí/ Va tosiendo, sí/ Va de luto, sí. Ese luto podría ser por estar viuda, pero también por el futuro que le esperaba de carencias y de situaciones difíciles por mucho que trabajara.
Con la letra de la canción A desalambrar, Víctor Jara reivindicaba a las clases desposeídas del país: A desalambrar, a desalambrar/ que la tierra es nuestra/ es tuya y de aquel/ de Pedro y María/ de Juan y José. Con la repetición del verbo desalambrar va una petición de generosidad, realizada en favor de la tierra y de las personas.
Con estas composiciones de contenido social, Víctor Jara se convirtió en un referente de la canción de protesta. Junto con Violeta Parra fueron los grandes exponentes de lo que se conoció como Nueva Canción Chilena.
Después del golpe de estado que derrocó a Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, el cantautor fue detenido, torturado y asesinado.
Preciosos estos versos del poeta nicaragüense, Ernesto Cardenal:
Creyeron que te
mataban con una orden
de ¡fuego!
Creyeron que te
enterraban
Y lo que hacían
era enterrar una semilla.