La desaparecida Casa de las Conchas de Barcelona
La Mirada del Lector
Promovida por la familia de la editorial Salvat, se inauguró en 1900, pero no ha llegado hasta nuestros días
* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia.
Aunque Salamanca tiene la Casa de la Conchas, iniciada en 1493 y concluida en 1517, Barcelona también tuvo la suya.
Proyectada en 1899 por el arquitecto y editor Pau Salvat i Espasa, en colaboración con Joan Alsina i Arús, el edificio estaba situado en la confluencia de las calles Balmes 152, con Córcega 285-287, en el lado Besòs montaña.
Espasa era hijo de Manuel Salvat Xivixel, fundador de la editorial Salvat, y compaginaba sus trabajos de editor con los de arquitectura, llegando a desempeñar la función de presidente electo del Instituto Catalán de las Artes del Libro, entre 1903 y 1905. Conjuntamente con la labor de editor, proyectó en 1896 el primer edificio de la editorial paterna situado en la calle Mallorca número 294.
El palacete constaba de planta baja, que estaba elevada con respecto a la horizontalidad de la calle con el fin de poder instalar unas ventanas a ras del suelo y para poder dar luz del día a los sótanos del edificio.
Tenía un piso principal, en el que destacaba una fachada compuesta de un balcón corrido con tres puertas de salida adornadas con columnas y relieves escultóricos.
Los huecos se complementaban con una serie de conchas que adornaban todo el frontal"
En la plata baja destacaban dos ventanas altas que centraban la puerta de entrada, de la que partían unos escalones que daban la altura para las ventanas del sótano.
La baranda del terrado era de obra, en la que destacaban unos adornos curvados que daban una perspectiva mucho más suave a la fachada.
En los laterales aparecían dos fachadas con cuatro ventanas por lado, con dos ventanas bajas para iluminar el sótano, haciendo juego con las ventanas de la fachada central. Lo completaban dos torretas con bases de doce lados situadas en los vértices de la esquina y coronadas con sendas cúpulas de cerámica quebradiza.
Después de las torretas continuaba el edificio hacia los dos lados, con la misma terminación de una baranda de obra recta adornada con cinco relieves.
En la parte posterior había un jardín con árboles y enredaderas a la fachada posterior.
Inaugurada con el nuevo siglo
La casa fue inaugurada en 1900. En ella vivió Santiago Aguado Sinobas, que ejerció como secretario del consejo de administración de la Compañía de Ferrocarriles del Norte de España y que estaba casado con Concepción Llatas y Agustí, hija del ingeniero Rosendo Llatas y Riera, presidente de la Asociación de Ingenieros de Barcelona.
En 1907 falleció y siguieron viviendo en la casa la familia Llatas Agustí, la madre Ramona Agustí y Obiols, que organizaba reuniones con la sociedad culta de la Barcelona modernista; sus hijas Conchita y Ana María, que luego fue la fundadora y directora de la primera escuela de asistentas sociales en España; y su hijo Emilio Llatas Agustí, arquitecto, urbanista, paisajista y experto en fotografía, que trabajó en el departamento de parques, jardines y monumentos del Ayuntamiento de Barcelona y que fue profesor de la escuela de arquitectura y conferenciante sobre sus viajes por Europa sobre la arquitectura histórica y restauración.
En 1918, Concepción Llatas y Agustí y su hermana Ana María, habiendo fallecido el resto de la familia, vendieron la casa a un médico para partir a Buenos Aires y casarse esta última con su primo hermano, Emilio Agustí y Montada, que como naturalista e investigador, trabajaba para el Estado Argentino en las escuelas de investigación de naturaleza y la exposición internacional de agricultura de Argentina de 1917.
Más tarde, el edificio acogería la redacción y administración de la revista científica Ars Medica, que se editó en Barcelona entre los años 1925 y 1936.
La casa pasó a convertirse interiormente en un inmueble que se había habilitado para pequeños pisos de alquiler. Había uno en la entrada que hacía las funciones de portería.
Una prueba de ello la tienen los continuos anuncios aparecidos en La Vanguardia en los años 20 y 30: el domingo 27 diciembre de 1925, en su página 29, se ofrecía una pequeña habitación "como portería para matrimonio". El sábado 1 de junio de 1935, en su página 36, se ofrecía "una habitación individual en un estudio en el terrado".
La desaparición de la casa
La casa fue derribada a mediados de 1966 para convertir el solar en un gran edificio de oficinas, inaugurado en noviembre de 1970, como Edificio Balmes.
El martes 3 de noviembre de 1970, La Vanguardia publicaba un anuncio a toda página, en el que los constructores daban las gracias a todos los proveedores que habían colaborado en su construcción.
Posiblemente, los propietarios del palacete prefirieron la oferta económica por el solar y nuestro patrimonio artístico perdió una de las muchas maravillas que tuvo la ciudad condal, debido al escaso interés en la época por su conservación y la necesidad de crear edificios modernos para oficinas, como la editorial Planeta, que fue la que se instaló en el mismo.