Pederastia

En Francia, se juzga a Le Scouarnec, un cirujano acusado de haber violado a trescientos menores a lo largo de veinticinco años. En el proceso, ha sido llamada a declarar su exmujer, que, refiriéndose a una sobrina de cinco años, víctima de Le Scouarnec, ha dicho que, en lugar de haberse lanzado siempre al cuello del tío, hubiera podido denunciarlo. Y ha añadido: “¿Saben ustedes que los niños pueden sentir placer con esos tocamientos?”.

El artista Abel Azcona escribiendo la palabra Pederastia con hostias en 2015

 

TWITTER ABEL AZCONA

Leer la respuesta de esa mujer nos puede trasladar al libro de Neige Sinno, Triste tigre, una mezcla de autobiografía y ensayo sobre los abusos sexuales de un adulto, en este caso los de su padrastro sobre ella cuando tenía entre siete y catorce años. Sinno mezcla las vivencias de esas agresiones, pintadas como devastadoras, y trata de entender qué hay en la cabeza de un depredador de menores, mientras también reflexiona sobre las distintas reacciones de la sociedad para procurar explicar o acallar una práctica sexual tan monstruosa. Se pregunta por la negación, por ejemplo, la de su madre a lo largo de un año; por la distorsión de la cruda realidad: si no ven el pene del hombre mayor en la boca de la niña, pueden juzgarlo como una historia de amor; por el silencio de quienes saben y, sin embargo, no denuncian; por la pretensión de que las crías son las provocadoras, como intenta hacernos creer la exmujer de Le Scouarnec.

Resulta difícil de admitir que alguien pueda disculpar e incluso comprender a un pederasta y, sin embargo, ha ocurrido otras veces y seguirá ocurriendo. Sin ir más lejos, en Catalunya hay madres que, por ejemplo, después de denunciar a su expareja por abusos a la hija de cuatro años, observada jugando a felaciones con muñecos de Playmobil, son amenazadas con perder la custodia de la cría, porque pesa más lo que dice el padre que lo que cuentan ellas. O porque al examinador no le parece tan grave.

¿Usted cree que podría llegar a ser admitida la pederastia como una práctica sexual más? A primera vista, no lo parece, pero, si aplicamos la ventana de Overton de manera torticera, le aseguro que sí.

La ventana de Overton es una herramienta política que describe el grado de aceptabilidad de las ideas, para lo que propone varios niveles, desde lo impensable hasta lo ampliamente aceptado. Sirve para entender cómo ciertos planteamientos, que en el pasado parecían aberrantes, con el tiempo llegan a ser admitidos por una mayoría. En sí mismo, este mecanismo no es ni bueno ni malo; todo depende de cómo y quién utiliza el desplazamiento de una idea.

¿Usted cree que podría llegar a ser admitida la pederastia como una práctica sexual más?

Imaginemos que somos un grupo de presión poderoso –tenemos medios económicos, altavoces mediáticos, etcétera– y queremos conseguir que la pederastia deje de considerarse delito. Entonces, podríamos actuar de la siguiente manera.

Primero, de lo impensable a lo radical. En el ámbito académico o científico, se empieza a considerar que hay que poder tratar la pederastia sin prejuicios.

Segundo, de lo radical a lo aceptable. Se introduce el neolenguaje: nuevas palabras para redefinir el concepto. Por ejemplo, “personas atraídas por menores” (MAP en inglés). No cambia la realidad, pero la dulcifica.

Tercero, de lo aceptable a lo sensato. Se busca justificar la pederastia como una orientación sexual más, a partir de argumentos tales como “amor por la infancia” o el hecho de que, en otras culturas, ya ha existido. Se vende como un derecho humano.

Cuarto, de lo sensato a lo popular. Se introduce el discurso con profusión de emociones lacrimógenas en los medios de comunicación, el cine, la literatura… para generar empatía en la sociedad con los pederastas, ¡pobres!

Quinto, de lo popular a lo político. Se promueven los cambios legislativos para despenalizar a quienes son MAP. Recuerde, la gente lo ve ya como un derecho humano.

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Gemma Lienas
Una mujer se vacuna durante la campaña de vacunación contra la gripe, en un centro de salud, a 14 de octubre de 2024, en Madrid (España). El pasado 7 de octubre de 2024 se inició en la Comunidad de Madrid la campaña de vacunación de gripe y covid19, adaptada a las nuevas subvariantes Ómicron, y finalizará el 31 de enero de 2025. Ahora se está realizando la vacunación a las personas a partir de 60 años incluidos, personal sanitario y sociosanitario y a partir partir del 31 de octubre, podrán vacunarse el resto de personas incluidas en los grupos de riesgo para gripe.

¿Considera imposible esa ventana de Overton? Recuerde que Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, entre otros intelectuales, firmaron en el año 1977 una petición que abogaba por la despenalización de las relaciones sexuales consentidas entre adultos y menores. Recuerde que, entre el 2006 y el 2010, en los Países Bajos, existió el Partido por el Amor Fraternal, la Libertad y la Diversidad, que defendía la reducción de la edad de consentimiento sexual a doce años, con la intención de, eventualmente, eliminarla.

Solo un rechazo contundente a la pederastia por parte de la sociedad puede impedir ventanas de Overton como esta. O como otras que ya funcionan.

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