Renfe se está planteando dejar de operar en Francia ante las trabas que le impone el país vecino. La posición de Francia en la liberalización del transporte ferroviario de viajeros no está siguiendo la reglas de juego limpio a las que invita la UE.
En el 2021, España liberalizó su red ferroviaria a través de un concurso público en el que Adif licitó el acceso a los corredores más rentables de la alta velocidad, principalmente la conexión Madrid-Barcelona, dando acceso a Ouigo, propiedad de la compañía pública francesa SNFC, y a Iryo, participada por la italiana Trenitalia, para competir con Renfe.
En cambio, Francia ha frenado ese proceso escudándose en trámites burocráticos, impidiendo que Renfe y otros operadores internacionales accedan a la conexión de alta velocidad más rentable del país, que es la lleva a la capital, París. A los problemas para homologar trenes que ya operan en otros corredores regionales se une ahora el requisito de obligar a operar destinos de alta velocidad en pérdidas sin que SNFC compense por ello.