La gran coalición gobernará otra vez Alemania. Los principales partidos, la Unión Cristiana Demócrata (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), compartirán el poder tras quedar primero y tercero, respectivamente. El resultado, sin embargo, es muy distinto al que se hubiese dado si solo hubiese votado la generación Z. Entre los menores de 35 años, los más respaldados fueron AfD, de extrema derecha, y Die Linke, a la izquierda de los socialdemócratas.
Entre los centennials, todas las opciones alejadas del sistema de partidos tradicional, y que se oponían al último gobierno, consiguieron una votación superior a la media. Todo lo contrario a lo sucedido entre los mayores de 60 años, los llamados boomers, que hasta ahora han mantenido al sistema a flote.
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En el último año mucho se ha dicho sobre la inclinación de la generación Z hacia la extrema derecha. Sin embargo, como muestran las elecciones de Alemania y muchos otros comicios de los últimos años, entre los jóvenes lo que existe es una férrea voluntad de ir contra quienes representan al sistema, contra quienes ostentan el poder. Lo hemos visto en Argentina, el Reino Unido, Polonia… La ofensiva, a veces, ha favorecido a la ultraderecha y otras veces a la izquierda. En el caso de Alemania, benefició a ambos extremos.
Las batallas ideológicas y el uso de las redes como fuente de información influyen en el voto de los jóvenes
¿Por qué ocurre esto? Esa es una de las preguntas que intento responder en Polarización, soledad y algoritmos. Una radiografía de las nuevas generaciones, un ensayo que verá la luz en abril, publicado por Siglo XXI Editores. A través de focus groups, entrevistas con expertos/as y el estudio de cientos de fuentes secundarias de todo el mundo, encontramos que el desencanto que sienten muchos jóvenes ante un presente que no cumple sus expectativas y el pesimismo con el que ven el futuro los empuja a respaldar alternativas políticas que proponen cambiar las cosas. Prefieren arriesgar que seguir igual.
Existen también otros dos factores que influyen en el voto de los jóvenes: las batallas ideológicas y el uso de las redes como fuente de información. Estos se han hecho sentir en Estados Unidos, en las europeas del año pasado o en España en el 2023, entre otras elecciones. Con respecto al primer factor, es especialmente notable un elemento que caracteriza a la generación Z: la brecha de género. La separación entre chicos y chicas es cada vez más grande. Ellas tienden a tomar posturas de izquierda, y ellos, de derecha. Lo hemos visto en Alemania. Las chicas menores de 25 fueron las que más apoyaron a Die Linke, mientras que AfD fue el más votado entre los chicos.
Es urgente que las democracias reaccionen ante la tendencia antisistema y la creciente polarización por género. Como señala Jean Twenge, una de las expertas en asuntos generacionales más reconocidas: “Si los líderes políticos no son capaces de convencer a los jóvenes de que su país es un buen lugar en el cual vivir, probablemente querrán desechar todo y comenzar de nuevo. Eso se llama revolución”.