Cristianos
En una comida con amigos, cuento algo que le ha sucedido a una chica que conozco. A uno de ellos le parece interesante el tema para un artículo que publica periódicamente. Me dice que lo ha utilizado y que está seguro de que se lo perdonaré, “por lo buen cristiano que soy”.
En primer lugar, no había pensado que tenía que perdonar nada, porque no tengo el copyright de lo que digo. Sería espantoso, al empezar a hablar, tener que advertir que todo lo que dijera estaba protegido por varias patentes. Perdería amigos inmediatamente. Además, cuando hablo, no siempre acierto y sería absurdo que las tonterías quedasen patentadas por el que las ha proferido (yo).
Pero lo que me llamó la atención fue lo de ser buen cristiano, que me pareció un piropo y me hizo pensar. Y se me fue la olla. Y pensé que ser cristiano quería decir ser buena gente, o sea, fiel amigo, generoso, animante, que se alegra con nosotros cuando pasa algo bueno y nos acompaña cuando pasa algo malo, alegre, optimista, justo en sus apreciaciones, dispuesto siempre a escucharte sin mirar el reloj a ver si acabas el rollo…
Y ser ‘buen cristiano’ consiste en luchar a diario, hora por hora, minuto a minuto, segundo a segundo, por intentar simplemente ser cristiano, porque, en confianza, uno no es perfecto y con frecuencia se cumple aquello de que todo lo que me gusta, o engorda o es pecado. San Pablo lo decía de un modo más correcto, pero el fondo era el mismo.
Todos podemos completar la lista. Todos y cada uno, frase que no acabo de entender, porque pienso que los ‘todos’ están compuestos por muchos ‘cada unos’.
Pero me va bien poner lo de cada uno porque lo que te cuesta a ti es distinto de lo que me cuesta a mí y viceversa.
Vemos comportamientos no cristianos a diario. Hoy he escuchado por radio a una persona que había dejado de ver los telediarios porque le desmoralizaba lo que oía y veía. Realmente, porque durante un rato le iban presentando comportamientos no cristianos: falsedades, calumnias, insultos, traiciones, deslealtades, críticas, amenazas, exhibiciones groseras…
Uno ya tiene su edad y podría hacer una lista de personas que viven ‘en cristiano’ sin saberlo. Y prefiero no hacer la lista de los ‘no cristianos’ porque sería caer en el vicio del que estoy hablando. No he contestado al amigo que me llamó ‘buen cristiano’. Cuando lo haga, pienso decirle que en aquella mesa, yo no era el único buen cristiano. Y lo digo con pleno conocimiento de causa. Es posible que se sorprendan, pero, en este tema, sé más que ellos.