A perro flaco, todo son pulgas. A Ucrania, cuya situación se ha debilitado con el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca –deseoso de alcanzar un acuerdo con la Rusia de Vladímir Putin para poner fin a la guerra–, algunos ya la ven vencida y se regalan anticipadamente pensando en el reparto del botín. Así ha sucedido con el líder rumano prorruso Călin Georgescu, vencedor en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado mes de noviembre, posteriormente anuladas por el Tribunal Constitucional rumano por la existencia de injerencias exteriores. La repetición de los comicios será el 4 y 18 de mayo próximos.
Georgescu expresó días atrás su convicción de que Ucrania será derrotada y perderá una parte de su territorio a manos de Rusia, y llamó a aprovechar la ocasión para que Rumanía se anexione aquellas zonas (Bucovina, Budzhac, Maramures) con población rumana. Igualmente sugirió que Hungría y Polonia podrían hacer otro tanto... El Gobierno rumano y la mayor parte de las fuerzas políticas condenaron sus declaraciones.