Joe Biden se despidió formalmente de su cargo de presidente de Estados Unidos con un emotivo discurso desde el despacho oval de la Casa Blanca. Como si se quisiera desnudar ante las cámaras, Biden apareció en su mesa de trabajo inusualmente vacía de cualquier objeto. Su mensaje consistió en advertir a la opinión pública estadounidense sobre la nueva oligarquía tecnológica que va a ocupar puestos de alta responsabilidad en la administración Trump y que, según él, amenaza la democracia y las libertades básicas de su país. Vale la pena atenderlo: “Los estadounidenses están sepultados bajo una avalancha de desinformación, lo que permite el abuso de poder. La prensa libre se desmorona. Los editores están desaparecidos. La verdad es sofocada por mentiras contadas para ganar poder y beneficios”.
El cuadro explicado por Biden es extrapolado a cualquier otro lugar del mundo y tiene el valor de un viejo demócrata con una trayectoria más que digna, cuyo gran lunar, sin duda, ha sido su reciente decisión de indultar a su hijo Hunter. La historia juzgará a Biden por este hecho y por su desgraciado final político, cuando fue conminado a apartarse de la carrera presidencial después de un pésimo debate con Trump. Sin embargo, siempre podrá decirse de él que fue el único candidato que ganó al líder republicano, a diferencia de Hillary Clinton o Kamala Harris.
El presidente estadounidense, Joe Biden, durante su discurso de despedida a la nación desde el despacho oval de la Casa Blanca
Biden podía despedirse de muchas maneras, pero quiso poner el acento en la amenaza global que supone el desembarco de estos nuevos ricos sin escrúpulos que utilizan su poder e influencia para imponer un nuevo orden mundial. A partir de este fin de semana, el protagonismo va a pasar a manos de Trump. Si se cumplen las hipótesis que están haciendo correr sus partidarios estos días, el futuro presidente va a entrar en la Casa Blanca de forma aún más espectacular de lo que lo hizo hace ocho años. Se espera la aprobación inmediata de un paquete de más de un centenar de medidas que afectarán las vidas de los estadounidenses, pero también las del resto del mundo. Mientras tanto, en la despedida a Biden, vale la pena escuchar su alegato a favor de la democracia.
