Los últimos incidentes acaecidos en la Mina, con tiroteos en plena calle, han vuelto a situar el foco mediático sobre este barrio de Sant Adrià de Besòs. No es la primera ocasión en que la conflictividad en este ámbito metropolitano sube enteros y amenaza con desbordarse. Y una vez más, después de que hace unos días se rozara la tragedia, las autoridades políticas han decidido reaccionar. Ante la voz de alerta levantada por la alcaldesa, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y la consellera de Interior, Núria Parlon, han tomado cartas en el asunto y han dado garantías de una presencia permanente de unidades especializadas de los Mossos en la zona más caliente de la Mina. Prometen que el refuerzo policial permitirá mantener la seguridad en el barrio las 24 horas del día. Más allá de seguir profundizando en las políticas sociales para atacar la raíz de los problemas, en un momento de escalada de la disputa entre las mafias del narcotráfico, se hace más necesario que nunca no relajarse ni bajar la guardia.
Conflictividad en la Mina
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