Las civilizaciones antiguas pergeñaban ingenios para medir los movimientos del sol. Estos relojes prehistóricos son un antecedente de lo que hoy conocemos como indicadores, es decir, instrumentos que miden las evoluciones naturales, económicas, demográficas o sociales entre periodos concretos.
Desde entonces, no hay indicador que no tenga lectura ideológica. El IPC, la tasa de criminalidad, la marcha de la natalidad o la estadística de los inmigrantes muertos en el mar por culpa de las mafias y la indolencia de los gobiernos europeos se prestan a la controversia política. Como también es motiva debate lo que tenga que ver con la evolución del turismo.
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Unos visitantes se fotografían frente a la catedral de Barcelona
Ayer se publicó la ultima actualización de la Cuenta Satélite del Turismo del INE. Traducido: los datos más recientes sobre el peso que tiene el sector en la economía. Es un indicador que puede parecer positivo o negativo, según el ámbito político desde el que se exprese la opinión al respecto, aunque hay que convenir que cada vez hay más consenso sobre la conveniencia de lograr un turismo menos numeroso pero de más calidad.
Viajar sirve para dejar de creer en 'fake news' que nos predisponen contra el otro
El INE indica que esta industria sigue en alza, ya que en 2023 el turismo registró un incremento del PIB nominal de 13.184 millones, con una aportación a la economía de un 12,3%, casi un punto más que en 2022. En términos de empleo, este sector ocupa al 11,6% del total de trabajadores.
Pero, se mire como se mire, hay una lectura sin duda preocupante de esta nueva entrega estadística: la economía española, incapaz de diversificarse, es cada vez más dependiente de un sector tan volátil como el turismo. Recordemos si no la debacle de la pandemia y hagamos el ejercicio de pensar cómo puede afectar a la economía de los viajes la película de terror que se avecina cuando Donald Trump se siente a los mandos de EE.UU.
La maraña de intereses creados y el cortoplacismo político son muy responsables de esta incapacidad de desarrollar sectores económicos alternativos.
En cualquier caso, si alguien no tiene la culpa son los turistas que estos días visitan ciudades que no son la suya. No hay como viajar para regenerar unas neuronas que se reblandecen por la memez de las redes sociales, pero también para desmontar fake news que nos predisponen contra el otro. En vivo y en directo.