El partido que perdió su sombra
FUTUROS IMPERFECTOS
Adelbert von Chamisso es un escritor romántico alemán que escribió el libro El hombre que perdió su sombra, donde cuenta el caso de Peter Schlemihl, que vendió su alma al diablo sin advertir que un hombre sin sombra no es reconocible y el mundo lo condena al ostracismo. A Junts, su falta de fiabilidad en el Congreso le hace parecerse al protagonista, pues, aunque dio su apoyo para la investidura de Pedro Sánchez, está haciendo perder las iniciativas del Gobierno en el Parlamento.
Sus giros de guion lo convierten en un partido desconcertante e imprevisible, pero cuando uno pierde el perfil acaba por desdibujar su sombra. Gabriel Rufián, portavoz de ERC, advirtió al presidente español en la sesión de control del miércoles que “hay un fantasma que recorre Europa y hay otro que recorre el Congreso: el de la derecha y la ultraderecha de PP, Vox y Junts”.
Rufián recordó a Sánchez que el partido de Carles Puigdemont le ha hecho perder hasta 35 votaciones. La última, el voto contra la regulación de alquileres, que buscaba promover el alquiler a largo plazo. En el último momento, Junts cambió su voto para demostrar que en la Cámara mandan ellos, cuando habían dicho que apoyaban la iniciativa. Nada nuevo: el partido independentista ya tumbó en julio la senda de déficit, cuando había transmitido al Gobierno que la apoyaría, poco después votó contra la ley de Extranjería y la semana pasada abandonó la mayoría de la investidura para facilitar que el Congreso reconociera a Edmundo González como presidente electo de Venezuela.
Los giros de guion de Junts desconciertan al Gobierno, que pierde una ley tras otra
Junts quiere demostrar que tiene vida propia, que sus votos son caros y que, como a Julia Roberts en Pretty woman, hay que hacerles la pelota. Pero la sensación es que han perdido la brújula. Es posible que el próximo congreso del partido les permita establecer una hoja de ruta. Ayer las explicaciones que dio su portavoz, Míriam Nogueras, fueron un número de funambulismo que empequeñeció al del estonio Jaan Roose, que horas antes había cruzado el Bósforo, de Asia a Europa, sobre un cable. Roose dijo que lo había conseguido gracias a su sentido del equilibrio y su capacidad de mirar siempre adelante. Junts podría tomar nota.