La Copa del América ya navega

La Copa del América ya navega

Finalmente, tras largo tiempo de preparación, comenzó a disputarse ayer en las aguas del litoral de Barcelona la Copa del América, la primera gran competición internacional de vela, que se desarrollará progresivamente durante los próximos 65 días, hasta el 27 de octubre. Es un acontecimiento que une –todavía más– a Barcelona con el mar y con el resto del mundo. Esta es la competición deportiva con mayor audiencia televisiva del planeta, cifrada en más de mil millones de per­sonas, solo por detrás de los Juegos Olímpicos y del Mundial de fútbol. Los patrones de los seis equipos participantes en
la edición de este año, que es la número 37, han señalado
que será la más igualada y apasionante de la historia.

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, espera que la celebración de esta emblemática competición náutica permita a los barceloneses reconectar y reenamorarse del mar, dar un impulso a la reforma del litoral y, asimismo, proyectar de nuevo la ciudad en el mundo siguiendo la estela de los Juegos Olímpicos. En este sentido, la Copa del América se presenta ya, desde sus inicios, como un triunfo de todas las instituciones públicas y privadas que han colaborado en su promoción y organización. Hay que agradecer también la colaboración de los más de 2.300 ­voluntarios.

La emblemática competición de vela debe convertirse en un gran éxito para la ciudad

Ahora toca a los ciudadanos revalidar la apuesta institucional con su participación en el seguimiento de la competición. Para ello se ha recuperado el Port Olímpic, se han acondicionado numerosos espacios, plazas y paseos del puerto y de las playas, con pantallas en varios puntos para seguir de cerca las regatas, que se combinan con una amplia oferta gastronómica y cultural. En la Vila del Mar –en el Race Village, situado en el Moll de la Fusta–, inspirada en las villas marineras mediterráneas, abierta para recibir hasta 9.500 personas, se ofrecen diversos tipos de actividades para promocionar la cultura local y el deporte náutico. En la oferta cultural destaca, entre otras, el Dalí Challenge, una experiencia inmersiva que sumerge al visitante en el universo surrealista del genial pintor catalán y que se puede visitar en el Reial Cercle Artístic de Barcelona.

Las primeras fases de la competición, que tienen un carácter preliminar, se desarrollan desde ayer hasta el domingo, con un alto nivel de rivalidad entre las seis embarcaciones. El área de regatas está situada entre la playa del Bogatell, al norte, y el hotel W Barcelona, al sur, con unas dimensiones de 3,5 kilómetros de largo y 1,5 de ancho. Se espera que durante el fin de semana se produzca la primera gran afluencia de público para seguir de cerca la evolución de las innovadoras embarcaciones que surcan las aguas del litoral barcelonés y que son calificadas como los Fórmula 1 del mar. Son barcos voladores, como se pudo apreciar ayer, que llegan a cuadruplicar la velocidad del viento, en los que la tecnología punta se une a la pericia deportiva.

La celebración de la Copa del América comporta, como es lógico, restricciones para el tráfico en la zona portuaria y la Barceloneta, así como los controles derivados del gran despliegue de seguridad que se ha realizado. Pero las molestias que pueda ocasionar a los ciudadanos son menores en comparación con los beneficios que puede tener para la ciudad en su conjunto.

En los más de dos meses que dura la competición de la Copa del América se espera que Barcelona reciba a numerosos visitantes adicionales, en su mayoría personas de alto valor adquisitivo, como demuestran las elevadas reservas hoteleras ya efectuadas. Es justo el turismo de calidad que le interesa promocionar a Barcelona.

La Copa del América ya navega, pues, en Barcelona, tanto en el mar como en tierra, con la esperanza de que sea todo un éxito para la ciudad y sus ciudadanos.

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