La UE, China y los aranceles

La UE, China y los aranceles

Más aranceles a la vista. La Comisión Europea está considerando la imposición de más tarifas (ya pagan un 10%) a los coches eléctricos chinos que se vendan en el mercado europeo. Las razones son varias. La primera es que el Gobierno de Pekín al parecer practica el dumping y subvenciona a los fabricantes chinos, lo que se considera competencia desleal, puesto que contribuye a que los precios de sus automóviles en Europa pueden llegar a ser un 20% más baratos que los de los hechos aquí. La segunda razón es el continuo crecimiento de estas importaciones. A modo de ejemplo, la principal marca china, BYD, que a fines del 2023 superó a la norteamericana Tesla como primer fabricante mundial de coches eléctricos, espera vender en el 2024 más de cuatro millones de vehículos; en los cuatro primeros meses de este año, 11.242 de ellos fueron adquiridos en el Viejo Continente.

La Comisión Europea está negociando con las autoridades chinas para tratar de llegar a un acuerdo. Pero si no se alcanza antes del 4 de julio, impondrá una escala superior de aranceles a los fabricantes chinos, en función del grado de colaboración que hayan mostrado en las investigaciones comunitarias iniciadas en octubre. Las importaciones de Saic podrían verse penalizadas, además del 10%, con un 38,1%; las de Geely con un 20%, y las de BYD con un 17,4%...

La reindustrialización y la autonomía estratégica deben ser los objetivos europeos

Las guerras comerciales raramente se manifiestan en una única dirección. Cuando un país impone sanciones a otro, este suele responder con la misma moneda. Pekín está a la espera de acontecimientos, pero ya ha adelantado que podría contestar con aranceles para los coches que importa de fabricantes europeos como Mercedes o BMW.

Estas disputas económicas se producen en un marco coyuntural determinado. China es ya el gran productor global del sector eléctrico, y controla un porcentaje muy mayoritario en lo tocante a baterías eléc­tricas. También está impulsando la construcción de centros productivos en Europa, para tratar de eludir las medidas arancelarias: la firma china Chery fabricará en la antigua planta Nissan de la Zona Franca de Barcelona. Es obvio, por tanto, que se está recrudeciendo la pugna por un sector de futuro, aunque en Europa, con un 15% de cuota de mercado, el coche eléctrico aún no ha despegado tanto.

En esta tesitura, las potencias industriales revisan sus planes. La Unión Europea debe tener como objetivos la reindustrialización y la autonomía estratégica. Debe comportarse con prudencia, pero también con determinación, recordando que los pactos pueden ser más rentables que los enfrentamientos. Y, en todo caso, que es conveniente tomar las decisiones de acuerdo con los preceptos establecidos por la Organización Mundial del Comercio.

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