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Todo pasa por Hard Rock

Jordi Juan Director de La Vanguardia

Los impulsores del proyecto Hard Rock en Salou deben de estar muy preocupados por el retraso del plan, pero en cambio deben de estar más que satisfechos por la publicidad que están obteniendo desde hace años por las disputas de los políticos catalanes. Hard Rock se ha convertido en un mito de la negociación política. De hecho, en este momento los 43.673 millones de euros que suponen el total del presupuesto de la Generalitat para este año están en el alero por su culpa. Como saben, por un lado, el PSC exigió la culminación del proyecto para pactar las cuentas con ERC, mientras que, por el otro, los comunes avisaban de que votarían en contra de las mismas si se incluía en el ejercicio de este año. Sin el apoyo de la formación liderada por Jéssica Albiach, el Govern no tiene suficientes votos para tirarlos adelante. Así que unos van tirando por un lado y otros por el otro, y en el centro está el Hard Rock, iluminado como factor clave del bienestar de Catalunya.

El complejo es hijo de un embrionario Eurovegas, impulsado por el magnate Sheldon Adelson, cuya primera ubicación era en Viladecans y afectaba también a los espacios naturales del Remolar y la Murtra, en El Prat, los estanques que hoy están en discusión por la ampliación del aeropuerto. Imagínense, si hoy no se acepta alargar la tercera pista, lo que hubiera supuesto poner casinos en los humedales... Después se pensó en el actual emplazamiento en Salou, cerca de Port Aventura, para convertir la zona en un gran centro turístico. Desde el 2012, el proyecto está paralizado por denuncias por riesgos medioambientales. El TSJC de Catalunya tumbó en el 2020 el plan director para que se adaptase mejor a la convivencia climática. Y en octubre del 2022 fue la propia Generalitat quien emitió un informe ambiental desfavorable.

Parte del terreno donde tendría que situarse el Hard Rock

Xavi Jurio

Los responsables del proyecto han reformulado su propuesta para adaptarla a todos estos requisitos y al Govern se le acaba ahora el tiempo para tramitarla, como explica hoy Àlex Tort en la sección de Política. A Esquerra nunca le ha entusiasmado el proyecto, pero tampoco se ha atrevido a oponerse como hacen los comunes. En breve saldremos de dudas. No dejaría de ser llamativo que el rock duro se cargase los presupuestos.