De González a Zapatero

FUTUROS IMPERFECTOS

De González a Zapatero

En una misma semana hemos visto a Felipe González y a José Luis Ro­dríguez Zapatero representar dos maneras de interpretar la realidad, pero también el PSOE. Ni uno ni otro han aspirado nunca a ser dos jarrones chinos en un apartamento pequeño, sino dos robustos guerreros de Xian dispuestos a defender sus posiciones a los cuatro vientos. Lo que nunca resulta fácil, porque ni uno ni otro tienen poder en plaza, habiendo sido en su tiempo presidentes poderosos.

POLITICA 37 CONGRESO DEL PSOE   FOTO DANI DUCH  LV MAD 06/07/08

 

Dani Duch/Archivo

Hace pocos días escuchamos decir a González, conversando con Eduardo Madina, que la Constitución está siendo atacada de una manera despiadada, antes de pedir a la sociedad que reaccione. En el diálogo cargó contra la amnistía “por ser una au­toamnistía, hecha por los propios amnistiados, rara y difícil de aceptar”. Pero después hemos oído a Zapatero replicarle en el arranque de la convención socialista en A Coruña, proclamando que era un firme defensor de la amnistía para pasar pá­gina del procés y recordando que cuando España sí estuvo a punto de romperse fue en el 2017, cuando le declararon la independencia a un gobierno del PP.

Los dos expresidentes representan dos maneras de entender la realidad y el PSOE

Zapatero es un caso único de expresidente volcado en ayuda de Pedro Sánchez cuando la campaña pintaba mal para los socialistas. Entonces se jugó el tipo participando en mítines y dando la cara en programas de radio y televisión de máxima audiencia. Y resulta relevante que el PSOE se haya encomendado a Zapatero para cerrar filas con la amnistía, que es un asunto sobre el que hay pocas voces discordantes en el partido, aunque más de uno tenga dudas de su oportunidad. E incluso de si será útil.

El presidente del Gobierno hay dos cosas que valora de su antecesor: su instinto político y su optimismo antropológico. En una ocasión, uno de sus colaboradores le comentó que era un error considerar que la Constitución fuera intocable como los diez mandamientos y Zapatero le respondió: “Siempre he pensado que la Constitución debe ser una llave para la libertad, no un candado”.

Sánchez mantiene que lo bueno de tener a Zapatero cerca es que siempre ve el vaso medio lleno. González lo ve medio vacío y a veces parece ignorar incluso que haya vaso.

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