¿Dos mundos?

¿Dos mundos?

El 2024 puede ser complicado. Los conflictos armados tienden a enquistarse e, incluso, aparecen de nuevos. La paz en el mundo es la expresión de un deseo que no parece traducirse en realidad. Vivimos en un mundo inestable, lleno de incertidumbres. En lo económico, las magnitudes positivas no parecen consolidarse. En todo caso, los analistas se resisten a darles continuidad; nos avisan de riesgos que se pueden producir. Graves problemas acaparan la preocupación de la gente. En una palabra, nos resistimos a una mirada optimista; como máximo, nos refugiamos en una marcada prudencia.

Dokkum (Netherlands), 12/10/2023.- The production of peace flags at the Dokkumer Vlaggen Centrale, Netherlands, 12 October 2023. Since Hamas's October 07 attacks on Israel, flag manufacturers have been producing additional peace flags to meet an increase in demand. (Países Bajos; Holanda) EFE/EPA/Anjo de Haan

  

Anjo de Haan/Efe/EPA

Pero, a pesar de todo, en nuestro entorno próximo, la política hace esfuerzos para distanciarse de la realidad que preocupa a la gente. Nos movemos en una espesa telaraña de peleas de patio de colegio, de juegos florales de insultos y descalificaciones, del gusto de no pactar, de la vergüenza del diálogo. Aquí todo el mundo está dispuesto a incrementar la discrepancia, alejando como claudicante cualquier coincidencia. Para compensar esta hay que votar en contra de lo que sea.

Cuando se pacta se tiene mucho interés en señalar que no es seguro que el acuerdo se mantenga. Todo está abierto; para decirlo claro: no hay ninguna lealtad garantizada. Se dice una cosa muy diferente de lo que se ha pactado; se escribe aquello en lo que no se cree. Y, sobre todo, hay que dar a cualquier acuerdo una imagen de triste y pobre mercadeo. Esto a cambio de esto, y ¡basta¡ Y siempre dejando bien claro que la gente y sus problemas no están nunca en el origen del acuerdo.

Satisfacer las necesidades reales es la única motivación que legitima la acción política

Se están configurando dos mundos muy distantes y diferentes: el primero, el de la gente y sus problemas; el segundo, el mundo político en el que muy a menudo no se entiende qué busca ni qué pretende; o si se entiende, no tiene nada que ver con lo que la gente espera.

Hablamos de la ley de amnistía y algunos de los que la piden hacen todo lo posible para hacerla imposible. Y los que no la quieren, se limitan a formular propuestas inverosímiles que no guardan relación con lo que se debate. Todo el mundo destaca la grave y peligrosa crisis que vive el Poder Judicial, pero se hace lo que se puede para alimentarla cada día. Se hacen propuestas que no contemplan las dificultades reales de la gente, de su economía, su futuro, su formación, su vivienda. Esto sí, votaremos tus presupuestos si tú me votas los míos. Se busca confrontación para esconder la propia inconsistencia. No se busca el entendimiento porque ¡da miedo!

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Miquel Roca Junyent
Los alumnos de primaria y pre escolar de Catalunya comienzan hoy el nuevo curso escolar. En las fotografias, niños y padres asisten con nervios a la Escola Jaume I de Barcelona en el primer dia de colegio. Las fotografias han sido realizadas en la Escola Jaume I, Carrer Melcior de Palau , 134 de Barcelona con expreso permiso del Director de la escuela y AMPA para su publicacion. Educacion , escuela , mochilas , infantil , clase , aula. Barcelona, 14/09/2015. Foto: Luis Tato

Dos mundos que han decidido que no se necesitan, cuando solo en la fusión de grandes objetivos compartidos se pueden construir sociedades estables, libres, convivenciales y de progreso. Nos encanta hablar de Trump como ejemplo de lo que no nos conviene, pero practicando actitudes y comportamientos parecidos. Europa ha de reencontrarse con el espíritu y los valores que le dieron vida. Pero son muchos los que no serían capaces ni de recordar ni de practicar las políticas que se corresponden a aquellos valores.

2024 será un año complicado, pero también puede ser el de una gran oportunidad. Para Europa lo puede ser; para España y Cataluña también. Pero hay que quererlo, el pesimismo no ayuda; considerar inevitable el fracaso no hace más que hacerlo posible. Hay que trabajar en una dirección diferente: la del entendimiento. Quizás puntual, coyuntural o excepcional, pero allí donde sea posible, buscarlo, construirlo.

Hemos de acercar los dos mundos, integrarlos, hacer coincidir sus propósitos asumiendo que la satisfacción de las necesidades reales es la única motivación legitimadora de la acción política. Habrá que luchar para dar a los dos mundos una trayectoria común.

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