Siempre se dice que los gestos en política son importantes y durante la investidura del presidente Sánchez hubo una ristra de ellos, algunos desagradables y otros más honrosos, todos relatados en tertulias, crónicas y charlas de café. Pero ayer pasó casi inadvertido uno que realizó el diputado del PSC José Zaragoza, cuando acompañó su sí a la investidura del candidato del PSOE con el equivalente en lengua de signos española, un gesto que consiste en frotar el dedo corazón con el interior del pulgar. Fue una seña fugaz recogida por la realización del Congreso en el que, sin embargo, repararon algunos diputados de EH Bildu, como Isabel Pozueta y Oskar Matute, quienes sin conocer su significado lo comentaron entre risas. Eso también lo recogieron las cámaras y acabaron pidiendo disculpas. Tal vez sea la primera vez que un parlamentario usa este lenguaje en el hemiciclo, iniciativa que ha generado tanta sorpresa como ignorancia y que no hace otra cosa que visibilizar al colectivo que lo usa para poder comunicarse, una lengua más en el Congreso.
Un sí en lenguaje de signos
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