El acuerdo entre el PSOE y Sumar tiene 48 páginas, más que el manual de instrucciones de un coche híbrido, pero ni una sola vez se cita la palabra Catalunya. Es más, sí que aparece otro país sin Estado, como es el caso de Palestina, pero sorprende que olvide la cuestión catalana, cuando los independentistas tienen la llave de la investidura. Quizás sea por eso, para no molestar (o molestarles). Pero resulta extraño que ni siquiera haya un juicio de intenciones, donde hubiera cabido la voluntad de abordar la amnistía. A lo mejor hubiera bastado con un guiño inteligente. Se me ocurre que ya que el acuerdo se firmó en el Museo Reina Sofía, pudiera haberse solemnizado la signatura ante el cuadro Amnistía, de Agustín Ibarrola, realizado para la Bienal de Venecia de 1976 y que la dirección del centro adquirió el año pasado.
Entiendo que más que una negociación, el Gobierno en funciones está viviendo un vía crucis para sacar adelante la mayoría necesaria para presentarse en el Congreso con garantías de obtener la mitad más uno de los votos de la Cámara. Entre otras razones porque ERC y JxCat intentan subir la apuesta cada vez que una de las dos formaciones tiene la sensación de que la otra se llevará el mérito del pacto. ERC teme que Carles Puigdemont y JxCat se sitúen en el centro del tablero si el acuerdo final resulta satisfactorio para la sociedad catalana, después del esfuerzo de pragmatismo que ellos han llevado a cabo.
En las 48 páginas del acuerdo entre PSOE y Sumar no aparece la palabra ‘Catalunya’
Con buen criterio, Pablo Iglesias escribía ayer que esta (en caso de que siga adelante) será la legislatura de la amnistía. Y, sin duda, la derecha va a ir a por todas para intentar que encalle en el Senado o que incluso naufrague en los tribunales. Que el día que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se presentan públicamente para reafirmar su coalición de gobierno obvien toda referencia es francamente raro. Sobre todo, porque apenas tienen un mes para presentarse en el Congreso y explicar a qué compromisos políticos han llegado con los independentistas. Yolanda Díaz en su alegórica exposición del pacto proclamó que libertad no era vivir en una jungla. Pues habría estado bien que empezara a desbrozar el camino de la amnistía, justificándola ante la sociedad española.
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