Expulsado como en el cole
Los gritos y las imprecaciones son moneda corriente en la Asamblea Nacional francesa, donde muchas veces resulta casi inaudible lo que dice el diputado o ministro que está en uso de la palabra a causa de los rugidos que salen desde los escaños. El último episodio de este tipo se produjo el pasado viernes en el momento en que intervenía el diputado de La Francia Insumisa (izquierda radical) Thomas Portes. El hemiciclo le afeaba así un tuit en el que aparecía –con la banda tricolor en bandolera– apoyando el pie sobre un balón con la cara del ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, a quien instaba a retirar el plan de reforma de las pensiones.
En un país que durante la Revolución cortó miles de cabezas –entre ellas, las del rey Luis XVI y la reina María Antonieta–, la broma no sentó nada bien. A la vista de que se negaba a disculparse, el Buró de la Cámara tomó la decisión –luego ratificada por el pleno– de imponer al diputado la máxima sanción: una expulsión de quince días de sesiones y la privación de la mitad del sueldo durante dos meses. Su salida fue inmediata.