El hombre de las mil fotos
Pocos políticos como él son capaces de suscitar una foto diaria, sin importarle que resulte más o menos ridícula. Las imágenes de Boris Johnson que han ilustrado la reciente conferencia conservadora de Manchester son desconcertantes, pues se le ve corriendo por las calles en pantalón corto y una camisa abotonada o horneando un bizcocho para sus colegas con delantal y corbata. Boris Johnson se crece ante los problemas: no quiere decir que los arregle, sino que se viene arriba. Y si hay que mentir, se miente. Pero la situación en el Reino Unido no está para gracias ni para noticias falsas. El desabastecimiento de las gasolineras no se resuelve a pesar de que ha echado mano del ejército. Y los supermercados están faltos de género. Se necesitan cien mil camioneros y no sabe dónde encontrarlos. El Brexit empieza a generar serios problemas en el funcionamiento del Reino Unido. Y la falta de mano de obra se hace evidente en los hospitales, en los restaurantes o en las constructoras. Tanto que criticaron a los lampistas polacos y ahora los añoran.
Johnson crea una sensación ambivalente de amor-odio, que desconcierta a propios y extraños. Es un político intuitivo y listo, pero sin moral ni escrúpulos. Es autor de una magnífica biografía de Churchill, pero fue despedido de The Times por inventarse que el rey Eduardo II tuvo apasionados amores con un joven amante en el palacio Rosa, cuando se descubrieron las ruinas del recinto.
Boris Johnson se crece ante los problemas, lo que no equivale a decir que los resuelva
Por cierto, su salida deshonrosa de The Times no le impidió entrar en The Telegraph , donde se convirtió en corresponsal de asuntos de la UE en Bruselas. Sus crónicas destilaban europeísmo, lo que no fue obstáculo para acabar siendo el autor material del Brexit. “Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros”, podría proclamar parafraseando a Groucho. A Johnson le crecen los enemigos en las filas de su propio partido, pero de momento resiste. En cualquier caso estas Navidades pueden arruinar su carrera si la normalidad no se recupera en el país. Aunque se disfrace de Santa Claus, sin necesitar relleno en la barriga.