Cuando se publicó el informe del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), yo estaba a punto de irme de vacaciones. Ah, no, ahora no quiero saber nada, pensé; yo en vacaciones no leo prensa, ni miro las noticias, ni siquiera entro en Twitter (solo uso Instagram, que es el ¡Hola! de las redes sociales). De modo que volé a Viena, y me pasé quince días entre cuadros de Klimt, paisajes alpinos, novelas de Joseph Roth y barroco, barroco, barroco. Es verdad que a veces, en un museo, en una iglesia... me parecía vislumbrar el elefante en medio de la habitación, de todas las habitaciones... pero esperé a aterrizar de vuelta para asumir la emergencia.
¿Emergencia? ¿Qué emergencia?... La climática, la que declaró oficialmente el Gobierno en el 2020, la que confirma el informe IPCC, que es aún, si cabe, más alarmista: calor insoportable, sequías extremas, subida del nivel del mar, inundaciones, guerras por el agua, migraciones masivas... están llegando. ¿Y la gente, qué hace? ¿De qué habla?
De lo de siempre. Que si el Consejo General del Poder Judicial, que si la mesa de diálogo, que si el aeropuerto... Por aquí y por allá, a veces aquí al lado, incendios gravísimos, inundaciones catastróficas... y aun así nadie reflexiona en voz alta, o apenas, sobre cómo afrontar el cambio climático. Si acaso, la coletilla de “sostenibilidad medioambiental”, o una mención a la laguna de La Ricarda. Pero ¿no deberían estar nuestras y nuestros representantes políticos explicándonos cómo tendrá que cambiar, radicalmente, nuestro estilo de vida? Más allá de La Ricarda y la tercera pista, ¿es sostenible un volumen de tráfico aéreo como el actual? Y si no, ¿cuál es la alternativa? ¿Y el coche? ¿Y la alimentación? ¿Y la calefacción y el aire acondicionado? ¿Y las construcciones en zonas costeras? ¿Y el plástico?...
Me desconcierta el ensordecedor silencio de las y los políticos ante la emergencia climática. ¿Cómo explicarlo?... Me temo que Juncker dio en el clavo confesando: “Todos sabemos lo que hay que hacer, pero no sabemos cómo ser reelegidos después de hacerlo”.