La ‘rockstar’ contra el ‘crooner’

La ‘rockstar’ contra el ‘crooner’

De haberse retransmitido por televisión, habría batido récords de audiencia, superando incluso la semifinal entre España e Italia de la Eurocopa. El duelo al sol entre Isabel Díaz Ayuso y Pedro Sánchez en la Moncloa debió de ser apasionante, por lo que ha trascendido. La rockstar contra el crooner , el populismo desacomplejado enfrentado a la socialdemocracia rampante, Batman contra Robin. Es posible que al final hubiera empate por más que no se disputara nada y que Ayuso soñara con lanzar un día el penalti definitivo contra el presidente, tras haber eliminado por el camino a Ángel Gabilondo y Pablo Iglesias. Antes tendrá que jugársela con Pablo Casado, que empieza a tener claro que la ambición de la presidenta de la Comunidad de Madrid no termina en la Puerta del Sol.

Sánchez tenía preparado encima de la mesa un informe sobre las principales reclamaciones de Ayuso, pero a ella le interesaba poco hablar de Madrid, pues solo quería denunciar los indultos a los líderes del procés y la ruptura de España que piensa que se avecina. Para abordar los problemas de la capital será mejor llamar en el futuro a Joaquín Sabina, debió de pensar el presidente del Gobierno. Ayuso utilizó un discurso más propio de la teniente O’Neil, dispuesta a demostrar que Sánchez se equivoca con su política de la desinflamación y la concordia: “España está secuestrada por minorías que la odian”. Y está convencida de que vamos a una ruptura del orden constitucional, a un cambio de país, a un nuevo régimen si nada (o ella) lo impide. Los nacionalismos son un lobo hambriento. En realidad, quiso decir “insaciable”. Sánchez intentó responderle diciendo que nadie va a romper nada, y que en ningún caso va a permitir un referéndum de autodeterminación.

Ayuso habló más de Catalunya que de Madrid en su encuentro en la Moncloa

La reunión pareció un monólogo de la presidenta madrileña, lo que siempre es un problema porque, como decía Voltaire, contarlo todo acaba por aburrir. Sánchez tuvo la sensación de que el liderazgo de la oposición ha pasado de Casado a Ayuso. Juraría que Boris Johnson es el espejo en el que se mira, aunque ni el primer ministro británico se atrevería a decir como ella que tiene “un plan para España, que no es ideológico, sino una forma de vivir”. Poca broma.

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