Trabaja ‘boomer’, trabaja
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, tuvo esta semana la ocurrencia de lanzar una bomba fétida cinco minutos antes de hacerse una foto muy buscada: el primer acuerdo sobre el sistema de pensiones en años. El titular tenía que ser: “Gobierno, sindicatos y patronal firman el primer acuerdo de reforma de las pensiones en una década”, y acabó siendo: “El ministro advierte a la generación de los
Al día siguiente, rodeado de llamas y algo chamuscado, el ministro tiró de clásicos asegurando: “Se me entendió mal” (es decir, que todos, incluyendo a sindicalistas y empresarios, carecemos de comprensión lectora), aun reconociendo que no había tenido su mejor día a la hora de “dar certidumbres a los futuros pensionistas”. Añado yo: o fue demasiado sincero.
Que los hijos del desarrollismo las pasaríamos canutas con la jubilación nos lo olíamos
Como nacida entre 1950 y 1968 ya he puesto los pies en remojo, a falta de barba por cortar. Que los hijos del desarrollismo franquista, frutos del moderado optimismo de nuestros padres, las pasaríamos canutas con la jubilación nos lo íbamos oliendo. Somos muchos, fuimos alimentados con una cierta decencia y no nos hemos muerto tan rápido como deberíamos. Hoy por hoy se ha anulado la terrorífica cláusula aprobada y nunca aplicada por el gobierno Rajoy: el mal llamado “factor de sostenibilidad”. En román paladino, ir recortando la pensión a medida que te ibas haciendo viejo, que es justo cuando más la necesitas. Ahora está sobre la mesa otro artefacto de nombre pomposo: “mecanismo de equidad intergeneracional”. El ministro ya nos lo ha traducido nítidamente. Si en noviembre no se ha pactado su funcionamiento con los agentes sociales, el Gobierno se echará al monte.
De hecho, solo hay que pasar como se pueda la jubilación de boomers y los siguientes, la generación X. Los que vienen luego, entre falsos autónomos, riders , mileuristas y otras porquerías salariales y laborales, no darán tantos problemas: no habrán cotizado suficientes años y cobrarán tan poco que será suficiente con regalarles un viajecito del Imserso de vez en cuando.