Los ricos deben pagar

Fue en el 2011 que Warren Buffett pronunció la frase de que “mi secretaria paga más impuestos que yo”, para denunciar de que los ricos deberían contribuir más a las arcas públicas. Una investigación de ProPublica lo confirma: Buffett pagó entre el 2014 y el 2018 el 18% de su renta (mientras que su secretaria tributaba un 36%). Pero si se hace el mismo cálculo con el incremento registrado por su patrimonio, entonces el financiero tan solo desembolsó al fisco el 0,1%. Hay casos flagrantes. Jeff Bezos no pagó ni un centavo en impuestos federales de la renta en el 2007. Lo mismo hizo Elon Musk en el 2018, y así Michael Bloomberg o George Soros. No se trata de hacer una cruzada ideológica sobre la riqueza ni tampoco de acusar a estas personas de evasión fiscal, pero el sistema tributario en EE.UU. está mal diseñado. Porque muchas de las posesiones que los ricos acumulan (acciones, mansiones, yates...) no se consideran ingresos fiscales. Los magnates viven de préstamos bancarios avalados por su patrimonio y solo tributan al vender si tienen ganancias. Una década después, la secretaria de Buffett sigue pagando más que su jefe.