Tocar el cielo

Tocar el cielo

Es posible que no tengan bastante con mirar a los demás por encima del hombro y necesiten también ver sobre nuestras cabezas. Jeff Bezos, el fundador de Amazon, es uno de los hombres más ricos del mundo –hasta hace un año lideraba este ranking de Forbes– , pero no se conforma con tocar el cielo con la mano, sino que desea adentrarse en él. Y no solo ha puesto en marcha una compañía de cohetes, llamada Blue Origin, sino que además viajará a finales de ­julio en uno de sus artefactos, junto con su hermano y el ganador de una subasta multimillonaria para la tercera plaza.

Bezos se suma así a otros dos magnates en su afán de conquistar el espacio con vuelos comerciales, como son Elon Musk, el propietario de Tesla, y Richard Branson, presidente de un conglomerado empresarial que incluye cuatro compañías aéreas. John F. Kennedy advertía que en el pasado aquellos que locamente buscaban el poder cabalgando a lomos de un tigre terminaban dentro de él. Hoy quienes, persiguiendo ser poderosos, prefieren acabar en el interior de los cohetes que en la panza de los félidos a fin de adentrarse por las rutas de la supremacía es probable que inconscientemente aspiren a conquistar el espacio cuando han triunfado en la Tierra.

Bezos, Musk y Branson aspiran a conquistar el espacio tras triunfar en la Tierra

Nada es nuevo: hubo un tiempo, en el marco de la guerra fría, en que Estados Unidos y la URSS pugnaban por mostrar su poderío en la carrera espacial. Y si el ruso Yuri Gagarin fue el primero en dar una órbita alrededor del planeta en el año 1961, resultaron ser tres estadounidenses como Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins quienes conquistaron la Luna en 1969. Justamente, la intención de Bezos es viajar al espacio el 20 de julio, coincidiendo con el aniversario de esta gesta.

En su vídeo en Instagram, el fundador de Amazon proclama que ver la Tierra desde el espacio te cambia la relación con el planeta y con la humanidad. El cohete New Shepard cuenta con una amplia mirilla para que sus pasajeros puedan experimentar la idea de que somos una sola Tierra. El historiador romano Tácito escribió que quienes ambicionan el poder saben que no existe una vía intermedia entre la cumbre y el precipicio. Esta vez la cumbre es esa línea del cielo que los científicos llaman línea de Kármán, que constituye la frontera con el espacio. Bezos no piensa en el precipicio aunque la Tierra esté a cien kilómetros de distancia. Los poderosos saben que ellos siempre caen de pie.

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