Pongamos que es una ciudad

Pongamos que es una ciudad

Netflix acaba de estrenar una serie documental, concebida por Martin Scorsese, dedicada a la escritora Fran Lebowitz. Se llama Pretend it’s a c ity , pero en el Netflix español la han bautizado como Supongamos que Nueva York es una ciudad . Ya pasó algo parecido con Sex in the city , que tradujeron como Sexo en Nueva York . Es evidente que en ambos casos los gerifaltes pensaron que este topónimo vende.

Excepto la traducción del título (de la cual no son responsables ni él ni ella), el documental es una delicia. Se estructura a base de entrevistas a Lebowitz hechas por Spike Lee, Alec Baldwin y el mismo Scorsese, además de conferencias de la escritora en bibliotecas y centros culturales, y de una entrevista de ella a Toni Morrison, grandes amigas. Hay una guinda inesperada: una grabación en la que aparece Serge Gainsbourg quemando un billete de 500 francos, un acto prohibido por la ley gala. Todo, un espectacular repaso a lo que significó para aquella chica de dieciocho años largarse de casa de sus padres en Nueva Jersey e instalarse en Manhattan, básicamente a observar, que es lo que le gusta: la gente que va por la calle andando de forma errática, los vasos de los bares, las reformas inútiles que hacen en las estaciones del metro en contraposición a las reformas imprescindibles que no hacen. La secuencia en que explica cómo hacía para no pasar por Times Square cuando estaba lleno de turistas (buscando en el mapa calles y avenidas laterales que le permitieran evitar aquel horror) recuerda lo que muchos barceloneses empezamos a hacer hace veinticinco años para evitar pasar por la Rambla. Que los turistas disminuyeran no le priva de mofarse del Times Square de ahora: ¡con tumbonas para que los peatones se echen! “¿Times Square con tumbonas?”, se horroriza.

Guinda inesperada: Serge Gainsbourg quemando un billete de 500 francos

Nunca agradeceremos bastante a Tusquets Editores que tradujese, a principios de los ochenta, dos libros que nos permitieron descubrirla, pobres europeos de este rincón de Europa que no sabíamos nada de sus lúcidas colaboraciones en Andy Warhol’s Magazine . Son Vida metropolitana y Breve manual de urbanidad , versionados por Alberto Cardín y José Luis Guarner, respectivamente. Si no me equivoco, hoy día solo se pueden encontrar en librerías de segunda mano, a precios demenciales que deben de complacer a la señora Lebowitz, la misma que un día, escribiendo sobre esa tendencia perenne que son los libros de mujeres , escribió: “Como aficionada a la literatura, te podría interesar saber que, en las obras de Shakespeare, no se menciona ni una sola vez la palabra realizarse ”.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...