Conservad el pedestal

Conservad el pedestal

En una entrevista en la cadena Ser, la consellera de Justícia, Ester Capella, explica que, cuando se apruebe la nueva ley integral de memoria histórica, se derribará el monumento franquista que hay en Tortosa, en medio del Ebro. La aprobación de esta ley está prevista para finales de año o principios del 2020. “Un gobierno democrático –dice Capella– no puede tolerar que estén presentes todavía determinadas simbologías en espacios públicos. Por lo que dicen, por lo que representan, que no son valores democráticos ni de respeto a los derechos fundamentales, por lo que significan de enaltecimiento y homenaje a lo que fue un golpe de Estado. No podemos compartir un monumento que va en contra de estos principios”. La nueva ley se hace precisamente para evitar que se repitan casos como el del monumento torto­sino, que durante años ha sido objeto de debates entre la ciudadanía. En marzo del 2016, el Parlament aprobó una moción para retirarlo inmediatamente. El entonces alcalde de Tortosa, el convergente Ferran Bel, se pasó la moción del Parlament por el arco de triunfo y sometió la cuestión a una consulta entre los tortosinos. Ganó la opción de mantenerlo pero reinterpretándolo : haciendo que fuera un homenaje a los muertos de ambos bandos de la guerra y no sólo a los de uno. Pero evidentemente no se ha reinterpretado . El ínclito Bel decía, en marzo del 2017: “Trabajamos con la voluntad de cumplir con el calendario previsto e impulsar la reinterpretación del monumento dentro de este mandato”. Pues ya puedes esperar sentado.

Los sintecho con carritos de súper estarían encantados con el metal del monumento

Cuando en 1892 se quemó el puente de barcas que atravesaba el Ebro, construyeron otro, el de la Cinta, que duró hasta que las fuerzas republicanas lo hicieron volar por los aires en 1938. Una de las pilastras de este puente fue la que sirvió como base, como pedestal, al monumento en cuestión. Lo erigieron en 1964 para conmemorar la victoria franquista en la batalla del Ebro y aquellos famosos 25 años de paz que nos dimos entre todos que la propaganda nos recordaba en cada esquina. El escultor fue Lluís Maria Saumells (un artista cuyas obras eran todavía más penosas que las de Josep Maria Subirachs) y –como no podía ser de otra forma– la inauguración fue a cargo del Caudillo . Si, como dice la consellera Capella, ahora finalmente lo derribarán, que conserven la pilastra del viejo puente que le sirve de base. El gran escéptico Stanislaw Jerzy Lec escribió una vez: “Si derribáis monumentos, ¡conservad los pedestales! Siempre podrán servir”. Nunca se sabe cómo irán las cosas.

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